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Activistas de Greenpeace "instalan" una incineradora de residuos en el centro de Donostia

La organización ecologista entrega a la Diputación Foral de Gipuzkoa cenizas tóxicas para simbolizar los daños que la incineradora de Zubieta provocaría en la salud y el medio ambiente

Comunicado de prensa - julio 21, 2010
Activistas de Greenpeace han instalado frente a la Diputación Foral de Gipuzkoa (Donostia) una incineradora de residuos para simbolizar los efectos negativos que estas plantas tienen sobre la salud y el medio ambiente. Bajo una chimenea de 5 metros de altura los ecologistas han amontonado 10 sacos que representan 94 kilos de escorias y cenizas (tóxicas y peligrosas), el equivalente a los residuos producidos durante un solo minuto la incineradora proyectada por la Diputación Foral en Zubieta.

Activistas de Greenpeace dicen ¡No! a la incineración en la plaza Gipuzkoa en Donosti, bajo la Diputación Foral de Gipuzkoa

Los activistas portan pancartas (en castellano y euskera) con el lema Incineración no y dos paneles en los que se leen: "La incineradora de Zubieta produciría 94 Kg de residuos tóxicos al minuto" y "Recuperar y reciclar generan 39 veces más empleos que incinerar".

Con esta acción, la organización ecologista recuerda que quemar basuras produce residuos peligrosos y emite al aire, al agua y al suelo metales pesados, dioxinas y furanos, dos peligrosas sustancias para las que no existen niveles seguros de exposición y que, por tanto, no deben producirse ni siquiera en pequeñas cantidades. Por ello, Greenpeace pide que se abandonen los planes de construcción de la planta de Zubieta.

Greenpeace ha querido trasladar a los donostiarras que apostar por quemar residuos, como quieren algunos políticos gipuzkoanos, es la peor de las soluciones a la gestión de las basuras. Además, estas peligrosas instalaciones obligan a tener un vertedero de sustancias tóxicas para enterrar las cenizas y las escorias. E incluso se ha llegado a proponer que sean usadas como materiales de construcción, lo que provocaría la dispersión incontrolada de la contaminación por toda la geografía vasca.

En el caso concreto de la incineradora de Zubieta el 23% de los residuos incinerados se convertirían en escorias y cenizas tóxicas, cuyo tratamiento es casi imposible. Los responsables del proyecto todavía no han resuelto qué hacer con estos peligrosos desechos.

Los ecologistas también han entregado a Carlos Ormazabal, diputado foral de Desarrollo Sostenible, y uno de los principales promotores de la incineradora, una carta pidiéndole una reunión y un recipiente con cenizas tóxicas procedentes de una planta similar a la de Zubieta.

Ayer mismo Greenpeace presentó en Donostia el informe La incineración de residuos en cifras: Análisis socio-económico de la incineración de residuos municipales, que evidencia cómo quemar basuras es el sistema más caro y que más puestos de empleo destruye. Esto supone dos motivos más, junto a los sanitarios y ambientales, para rechazar la incineración.

"A los políticos gipuzkoanos que pretenden construir una incineradora se les acaban los argumentos para poder justificar una obra millonaria como la de Zubieta, que ronda los 366 millones de euros. Además, ahora también saben que es perjudicial para la salud, el medio ambiente y el empleo de Euskadi", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace. "Los más importante es que existen alternativas sostenibles que varios municipios de Gipuzkoa han puesto en marcha, y que con cambios en los hábitos de recogida y separación de residuos hacen innecesaria la construcción de la incineradora" ha añadido.

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