Comunicado de prensa - julio 13, 2010
Greenpeace ha presentado alegaciones al estudio de impacto ambiental del proyecto “Desarrollo de los Campos Lubina y Montanazo”, por el que Repsol pretende explotar estos pozos que se encuentran situados frente a la costa de Tarragona a una profundidad de 663 y 750 metros respectivamente, en aguas profundas, y cercanos al vulnerable Delta del Ebro.
17 de mayo: Greenpeace documenta en South Pass (Luisiana) restos importantes de hidrocarburos.
Este tipo de perforaciones y explotaciones, como ha quedado de manifiesto con la explosión de la plataforma de BP, Deepwater Horizon, en el Golfo de México, entrañan un riesgo aún mayor que los pozos tradicionales ya que las condiciones son más extremas. Además, la industria petrolera ha demostrado que no es capaz de evitar a contaminación ni de encontrar soluciones solventes cuando es necesario, puesto que no ha logrado frenar el vertido cuando están a punto de cumplirse tres meses de la explosión.
Por otro lado, hace pocos días un Juzgado de Tarragona abrió un procedimiento penal por los vertidos producidos en mayo y junio de 2009, durante las perforaciones y prospecciones de estos mismos pozos. Estos vertidos no se comunicaron a las autoridades y fueron finalmente detectados por Capitanía Marítima. El procedimiento judicial en curso podría acabar con la condena de dos directivos de Repsol por delito ecológico por "grave negligencia en el diseño de la instalación y en la previsión de riesgos", pero hasta que no se dicte sentencia se van a desconocer tanto las causas de los vertidos como la responsabilidad de Repsol y la empresa subcontratada por ésta en el episodio de contaminación.
A esto hay que añadir que el pasado día 7 de julio, el Comisario de Energía de la UE, Gunther Oettinger, indicó que debería existir una moratoria sobre los permisos a nuevas perforaciones hasta que se conozcan las causas del accidente en el Golfo de México y se adopten medidas correctoras para operaciones similares. En este sentido, el Comisario llamó a la cautela en la concesión de autorizaciones y declaró que "dadas las circunstancias actuales, cualquier gobierno responsable debería congelar los nuevos permisos para la perforación de pozos con parámetros y condiciones extremas". Se une de esta manera al Gobierno de los EEUU que ha declarado que volverá a establecer una moratoria, o a países, como Italia y Noruega, que ya lo han hecho.
"Estamos ante una intensa y crítica negociación mundial para establecer una reducción de emisiones que frene los peores impactos del cambio climático al tiempo que el vertido en el Golfo de México se perfila como uno de los peores de la historia. En este contexto resultaría paradójico que el Gobierno autorizara proyectos que perpetúan la dependencia del petróleo y la 'generación' de cambio climático", ha declarado Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.