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Greenpeace condena el comienzo de la caza de ballenas por Islandia

La organización critica también que lo haga tan solo tres días después del fin de la reunión de la Comisión Ballenera Internacional

Comunicado de prensa - junio 28, 2010
Greenpeace condena que hoy se hayan cazado las primeras ballenas por los barcos balleneros Hvalur 8 y Hvalur 9. Partieron la noche del pasado domingo 27 de junio para cazar rorcuales a 100 millas de la costa de Islandia. Esta caza, respaldada por el gobierno islandés, daña la economía turística y la imagen internacional de Islandia, además de la entrada de Islandia dentro de la Unión Europea, puesto que ésta tiene leyes estrictas de conservación de las ballenas. Greenpeace pide el cumplimiento de la moratoria y el fin de la caza de ballenas.

Ballena cazada por la flota ballenera Islandesa

"Esta caza tiene lugar únicamente para incentivar el comercio entre Islandia y Japón, y es la consecuencia directa del fracaso colectivo para poner fin a la caza comercial de ballenas de la última reunión de la Comisión Ballenera Internacional" (1), ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña Océanos de Greenpeace.

La decisión de Islandia de continuar con la caza de ballenas llega tan solo dos semanas después de que la Unión Europea aprobase su candidatura para unirse como estado miembro. Esta decisión es un claro desprecio por las leyes de conservación europeas e internacionales. Greenpeace cree que también cuestiona el compromiso de Islandia de cumplir con los estándares medioambientales europeos, que incluyen la prohibición de la caza comercial de ballenas.

El Gobierno de Islandia se ha asignado unilateralmente una cuota anual de 175 rorcuales comunes. La carne de ballena obtenida tiene como único destino la exportación a Japón, ya que no existe demanda local. La mayor parte de las 1.500 toneladas de carne producidas durante la caza de 2009 continúan almacenadas en cámaras frigoríficas, mientras que, a su vez, Japón almacena aproximadamente 4.000 toneladas.

En el mes de abril, activistas de Greenpeace interceptaron un envío de carne de ballena procedente de Islandia, con destino a Japón, en el puerto holandés de Rotterdam. La carne fue descargada antes de que el barco carguero partiese hacia Japón (2).

Los balleneros islandeses afirman que esta pesquería fomentará el empleo en Islandia, pero sería una cantidad mínima comparada con los datos de los puestos de trabajo que se crearían con el desarrollo de una industria turística de observación de cetáceos (3). En 2008, cerca de 115.000 personas realizaron salidas de avistamientos de ballenas en Islandia. El 20% indicó que ésta fue la razón principal de su visita. Se han recogido firmas de más de 110.000 personas que considerarían realizar un viaje a Islandia a observar ballenas si este país cesa su caza (4).

"2010 es el año de la Biodiversidad de Naciones Unidas, y el fin de la caza comercial de ballenas no puede retrasarse más. Las ballenas generan mayores beneficios económicos en los océanos que en las cámaras frigoríficas" ha concluido Ojeda.

Notas:

(1) http://www.greenpeace.org/espana/news/100626
(2) http://www.greenpeace.org/espana/news/100403
(3)  http://www.greenpeace.org/international/en/news/Blogs/makingwaves/just-another-fish/blog/12552
(4) http://activism.greenpeace.org/iceland/

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