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Greenpeace lamenta que la falta de acuerdo en la CBI siga permitiendo la caza de ballenas

La reunión de la Comisión Ballenera Internacional sólo ha servido para retrasar un año la decisión de reabrir la caza de ballenas

Comunicado de prensa - junio 26, 2010
Hoy ha terminado en Agadir (Marruecos) la 62 reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) donde estaba en juego la reapertura de la caza comercial de ballenas. Greenpeace denuncia que la única conclusión posible de esta reunión es que miles ballenas que morirán en los próximos años debido a su fracaso. Además, la organización ecologista critica que las decisiones han sido tomadas en los dos primeros días en reuniones a puerta cerrada y pide que no se abra bajo ningún concepto la caza comercial de ballenas.

Greenpeace action against Japanese whaling in Southern Ocean.

"Es una vergüenza que la CBI se haya decidido en sólo dos días de negociaciones" ha declarado Celia Ojeda, responsable de Océanos de Greenpeace. "En una reunión donde se ponía sobre la mesa este tipo de decisiones, los gobiernos se han dejado vencer por la fuerza del lobby político japonés, evitando enfrentarse a ellos y posponiendo esta decisión un año".

Los miembros de la CBI han perdido una importante oportunidad de avanzar hacia el fin de la caza comercial de ballenas. La suma de lo que se ha conseguido en esta reunión al  posponer para el año que viene estas negociaciones, es que bajo la moratoria ballenera que se firmó hace 25 años, unas 1.500 ballenas serán cazadas por Japón, Islandia y Noruega a lo largo de este año.

Junichi Sato y Toru Suzuki, activistas de Greenpeace, que pueden ser encarcelados durante 18 meses por revelar el escándalo de malversación de fondos con carne de ballena, ven hoy cómo los políticos no son capaces de tomar las medidas que pongan fin a la farsa de la caza comercial de ballenas que realizan países como Japón.

Al no haber podido negociar un acuerdo en Agadir, la CBI debe comprometerse a investigar finalmente todas las acusaciones de compra de votos y la corrupción en la industria ballenera japonesa. La CBI debe comprometerse también a ser un organismo de conservación para las ballenas y poner fin a su caza comercial.

"Los japoneses deberían cuestionar cómo nuestro Gobierno está malgastando el dinero de los contribuyentes y deshonrando a nuestro país" ha declarado Junichi Sato, director de campañas de Greenpeace Japón. "Como anfitriones este año de la reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica, nuestro Gobierno ya ha puesto en peligro de extinción el atún rojo y ahora es incapaz de defender de la extinción a las ballenas"

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