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Greenpeace acusa a CITES de permitir la extinción de las especies

Los gobiernos han antepuesto los intereses económicos a la conservación de especies en peligro de extinción

Comunicado de prensa - marzo 25, 2010
Greenpeace lamenta que la XV Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) haya antepuesto los intereses económicos a la conservación de numerosas especies que se encuentran en peligro de extinción. Los gobiernos reunidos en CITES, un organismo de las Naciones Unidas, han fallado al no acordar la urgente necesidad de la prohibición del comercio internacional de atún rojo (Thunnus thynnus), que ahora se enfrenta a su extinción. También han decidido llevar a la extinción a numerosas especies de tiburones y corales.

Atún rojo dentro de una jaula de transporte en Turquía. Junio 2006. Si no se toman medidas urgentes en la gestión del atún rojo en el Mediterráneo, esta especie puede sufrir el mismo destino que el bacalao: el colapso de la pesquería.

La organización ecologista lamenta que los países hayan antepuesto los intereses económicos a la prohibición del comercio internacional de especies que se encuentran en peligro de extinción. Este año, que es el año internacional para la Biodiversidad Mundial, donde los científicos están alarmando sobre el descenso global en la biodiversidad. Sin embargo, los resultados de CITES, sobre todo para las especies marinas, ha sido desastroso.

"En el año de la Biodiversidad, los gobiernos han decidido condenar a la extinción a numerosas especies", ha declarado Celia Ojeda responsable de Océanos de Greenpeace. "Esta conferencia ha sido un desastre para la conservación de las especies."

El número de representantes de la delegación japonesa era mayor que en otros años y han desarrollado un lobby agresivo para las propuestas que no les gustaban, particularmente han boicoteado cualquier tipo de protección para el atún rojo. Aunque la UE y EE UU apoyaban esta propuesta de protección no han sido capaces de contrarestar la fuerte presión japonesa.

"Gobierno japonés es el enemigo número uno de la conservación de las especies, particularmente cuando ésta se interpone en sus intereses económicos", ha añadido Ojeda. "Dado su comportamiento en CITES es irónico que Japón albergue en octubre de este año la Convención para la Biodiversidad (CBD)".

Esta cumbre también ha servido para constatar la falta de liderazgo en protección de la UE, que también ha antepuesto cualquier interés económico a corto plazo a la protección de las especies. España, como presidenta europea, no ha sabido lidiar en una cumbre pequeña, lo que deja claro que se necesita un nuevo enfoque en que la gestión de los océanos.

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