Greenpeace, Ecologistas en Acción y la plataforma Tanquem les
Nuclears manifiestan su rotunda oposición a la construcción de un
cementerio nuclear centralizado, sea cual sea su denominación
(Almacén Temporal Centralizado, u otras) y tipo de residuos
radiactivos que fuera a albergar.
Según han afirmado las organizaciones ecologistas, durante una
rueda de prensa celebrada hoy en Barcelona, la estrategia del
ministro Sebastián es tentar a los alcaldes con dinero público (de
los fondos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, ENRESA)
para tratar de conseguir que algún municipio se ofrezca candidato a
albergar el cementerio nuclear, sin importar si ese consistorio ha
tenido en cuenta la opinión de la población de ese municipio, la de
los pueblos de su entorno y la de su comunidad autónoma. Asimismo,
estos grupos critican la postura pronuclear de Miguel Sebastián
que, promoviendo el almacén, trata de tener un pretexto para
alargar la vida de las centrales nucleares, lo que aumenta el
riesgo de accidente en unas instalaciones ya muy envejecidas y
deterioradas.
Los grupos ecologistas consideran que un problema de relevancia
tanto social, como ambiental o económica, no puede resolverse sin
un previo consenso social y político. Para que ese acuerdo se logre
deben estar incluidos todos los agentes interesados, incluidas las
organizaciones ecologistas.
Las organizaciones recuerda que fue el presidente del Gobierno
quien reconoció públicamente la necesidad de lograr un amplio y
previo consenso social sobre la gestión de los residuos radiactivos
para poder avanzar en su solución. Así, en el Debate del Estado de
la Nación del 30 de mayo de 2006 dijo: "Y paralelamente también
está el tema de los residuos, que exige, sin duda alguna, un amplio
consenso social de organizaciones defensoras del medio ambiente,
que exige el mayor consenso territorial posible y ojalá el mayor
consenso político, porque, como muy bien sabe S.S., es un problema
de hondo calado".
"Sebastián maneja un concepto muy laxo y subjetivo de democracia
cuando manifiesta que la opinión de una comunidad autónoma no es
importante, cuando ésta se opone a su proyecto de cementerio
nuclear, pero sí le parece suficiente que sea el consistorio de un
pueblo el que decida dónde albergar una instalación tan peligrosa
para la salud pública y el medio ambiente como es el almacén de
todos los residuos radiactivos de las centrales nucleares
españolas", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de
Nuclear de Greenpeace.
Antecedentes en los planes de ENRESA
De hecho, la falta de acuerdo con los grupos ecologistas y los
representantes de la sociedad civil, ha sido la causa de que hayan
fracasado, tras provocar una inmensa contestación social, todos los
intentos anteriores de ENRESA de construir un cementerio nuclear.
La primera ocasión fue el proyecto IPES (Instalación Piloto
Experimental Subterránea) en Aldeadávila de la Rivera (Salamanca),
a finales de los 80; seguido por el proyecto de un ATC en Trillo
(Guadalajara), en 1989; o el proyecto El Berrocal, en Toledo, en
1992.
Posteriormente, el proyecto de búsqueda de emplazamientos de
ENRESA, ya en su fase AFA (lugares de Alta Favorabilidad), suscitó
manifestaciones multitudinarias en todos los lugares designados
como candidatos: en Los Pedroches (Córdoba), Arribes del Duero
(Salamanca-Zamora), Sayago (Zamora), Burgos, etc., que obligaron al
Gobierno central en 1999 a suspender indefinidamente ese
proyecto.
El proyecto del ATC que ahora promueve el ministro de Industria,
Miguel Sebastián, fue iniciado en 2006 por su predecesor en el
cargo, José Montilla, actual presidente de la Generalitat de
Cataluña, y desde entonces se encontró con rotundos rechazos. Uno
de ellos fue el conflicto que se creó ese mismo año en Castilla y
León cuando el alcalde del pueblo de Peque (Zamora), sin consultar
a sus vecinos, ofreció su municipio como candidato para el ATC.
Ante la enorme presión social suscitada, retiró su propuesta.
Rechazo político
Desde entonces, diversos parlamentos autonómicos (el Parlamento
catalán, las Cortes valencianas, la Asamblea de Extremadura, el
Parlamento gallego, el aragonés…), diversos presidentes autonómicos
(el de Castilla y León, el de Castilla-La Mancha, Andalucía…), y
numerosas diputaciones provinciales, consejos comarcales y
ayuntamientos han mostrado un rotundo rechazo al ATC.
En Cataluña, el Parlamento (en marzo de 2008), así como 61
ayuntamientos y 7 Consejos Comarcales de Terres de l'Ebre y el Camp
de Tarragona se han manifestado en contra de la instalación en
Cataluña del cementerio nuclear. En cumplimiento del mandato del
Parlament, el Conseller d'Economia i Finances de la Generalitat
envió una carta al Ministerio de Industria demandando que el
cementerio nuclear no se instalase en Cataluña.
Debido a su alto nivel de radiactividad, que persiste durante
cientos de miles de años, y su elevado potencial radiotóxico, la
mera existencia de los residuos radiactivos de alta actividad
(RR.AA.) supone un grave problema ambiental, económico y de salud
pública, que la industria nuclear no ha sabido resolver durante sus
50 años de existencia. Tendrán que pasar 482.000 años para que el
plutonio-239 que se encuentra en los RR.AA. deje de ser radiactivo,
34.000 años para el radio-226, 112.000 años en el caso del
carbono-14, etc.
La generación de residuos radiactivos de alta actividad es un
hecho técnicamente inevitable que está unido a la tecnología de
fisión nuclear; es decir, que las centrales nucleares son las
productoras es estas sustancias. Su gestión es hoy en día un
problema no resuelto en ningún país del mundo ante el que ha
quedado demostrado que no existe, ni ahora ni en un futuro
previsible, ninguna forma de gestión definitiva satisfactoria desde
el punto de vista técnico.
Centro Tecnológico Asociado
Asimismo, Greenpeace, Ecologistas en Acción y la plataforma
Tanquem les Nuclears manifiestan su rechazo al denominado "Centro
Tecnológico Asociado" al ATC, una instalación experimental nuclear
para investigar con técnicas de transmutación. Implicaría tener que
construir y albergar un reactor nuclear transmutador, instalaciones
para el reprocesamiento y elaboración de elementos combustibles
nucleares para ese reactor, con los riesgos de accidentes nucleares
y escapes de radiactividad inherentes a su funcionamiento.
A estos riesgos hay que sumar los derivados de la presencia,
manipulación y almacenaje de los elementos de combustible nuclear
que se ubicarían en el interior de la instalación ATC, así como los
previos de los transportes de esos residuos radiactivos desde las
centrales nucleares al ATC.
Greenpeace, Ecologistas en Acción y Tanquem les Nuclears
demandan al Gobierno central que cualquier estrategia o plan de
gestión de los residuos radiactivos quede supeditado a la previa
consecución de un amplio y verdadero consenso social que incluya a
las organizaciones de defensa del medio ambiente. Y que con
carácter previo a lo referido en el punto anterior, se apruebe y
ponga en marcha un plan de cierre progresivo pero urgente de las
centrales nucleares, dado que éstas son las productoras de estos
peligrosos residuos. El abandono de la energía nuclear y su
sustitución por recursos energéticos limpios (energías renovables y
programas de ahorro y eficiencia energética) es posible gracias a
su elevado potencial.
==================================================
Greenpeace, Ecologistas en Acción i Tanquem les Nuclears
denuncien la falta de consens democràtic en la gestió dels residus
radioactius
Les organitzacions demanen als grups polítics que no recolzin
l'estratègia promoguda pel ministre d'Industria
Greenpeace, Ecologistas en Acción i Tanquem Les Nuclears
denuncien que el ministre d'Industria, Miguel Sebastián, ha decidit
posar en marxa el procés de construcció del cementiri nuclear
centralitzat de residus d'alta activitat, prescindint de buscar i
aconseguir el consens social d'organitzacions defensores del medi
ambient, el consens territorial i el consens polític que el
president del Govern, José Luis Rodríguez Zapatero, va establir com
a fonamentals per poder avançar en aquesta qüestió.
Greenpeace, Ecologistas en Acción i la plataforma Tanquem les
Nuclears manifesten la seva rotunda oposició a la construcció d'un
cementiri nuclear centralitzat, sigui quina sigui la seva
denominació (Magatzem Temporal Centralitzat, o d'altres) i tipus de
residus radioactius que allotjaria.
Segons han afirmat les organitzacions ecologistes, durant una
roda de premsa celebrada avui a Barcelona, l'estratègia del
ministre Sebastián és temptar els alcaldes amb diners públics (dels
fons de l'Empresa Nacional de Residus Radioactius, ENRESA) per
intentar aconseguir que algun municipi s'ofereixi candidat a
allotjar el cementiri nuclear, sense que importi si aquest
consistori ha tingut en compte l'opinió de la població d'aquest
municipi, la dels pobles del seu entorn i la de la seva comunitat
autònoma. Així mateix, aquests grups critiquen la postura
pronuclear de Miguel Sebastián que, promovent el magatzem, vol
tenir un pretext per allargar la vida de les centrals nuclears, la
qual cosa augmenta el risc d'accident en unes instal·lacions ja
molt envellides i deteriorades.
Un problema de tal magnitud tant social, ambiental o econòmica,
Greenpeace, Ecologistas en Acción i Tanquem Les Nuclears consideren
que no es pot resoldre sense un previ consens social i polític.
Perquè aquest consens s'aconsegueixi han d'estar inclosos tots els
agents interessats, incloses les organitzacions ecologistes.
Les organitzacions recorden que va ser el president del Govern
que va reconèixer públicament la necessitat d'aconseguir un ampli i
previ consens social sobre la gestió dels residus radioactius per
poder avançar en la seva solució. Així, en el Debat de l'Estat de
la Nació del 30 de maig de 2006 va dir: "I paral·lelament també
està el tema dels residus, que exigeix, sense cap dubte, un ampli
consens social d'organitzacions defensores del medi ambient, que
exigeix el major consens territorial possible i tant de bo el major
consens polític, perquè, com molt bé sap S.S., és un problema de
profundes implicacions".
"Sebastián maneja un concepte molt lax i subjectiu de democràcia
quan manifesta que l'opinió d'una comunitat autònoma no és
important, quan aquesta s'oposa al seu projecte de cementiri
nuclear, però sí li sembla suficient que sigui el consistori d'un
poble el que decideixi on allotjar una instal·lació tan perillosa
per a la salut pública i el medi ambient com és el magatzem de tots
els residus radioactius de les centrals nuclears espanyoles", ha
declarat Carlos Bravo, responsable de la campanya de Nuclear de
Greenpeace.
Antecedents en els plans d'ENRESA
De fet, la falta d'acord amb els grups ecologistes i els
representants de la societat civil, ha estat la causa que hagin
fracassat, després de provocar una immensa contestació social, tots
els intents anteriors d'ENRESA de construir un cementiri nuclear.
La primera ocasió va ser el projecte IPES (Instal·lació Pilot
Experimental Subterrània) en Aldeadávila de la Rivera (Salamanca),
a finals dels 80; seguit pel projecte d'un ATC a Trill
(Guadalajara), el 1989; o el projecte El Berrocal, a Toledo, el
1992.
Posteriorment, el projecte de recerca d'emplaçaments d'ENRESA,
ja en la seva fase AFA (llocs d'Alta Favorabilitat), va suscitar
manifestacions multitudinàries en tots els llocs designats com a
candidats: en Los Pedroches (Còrdova), Arribes del Duero
(Salamanca-Zamora), Sayago (Zamora), Burgos, etc., que van obligar
el Govern central el 1999 a suspendre indefinidament aquest
projecte.
El projecte de l'ATC que ara promou el ministre d'Industria,
Miguel Sebastián, va ser iniciat el 2006 pel seu predecessor en el
càrrec, José Montilla, actual president de la Generalitat de
Catalunya, i des d'aleshores es va trobar amb un immens rebuig. Un
d'ells va ser el conflicte que es va crear aquell mateix any a
Castella i Lleó quan l'alcalde del poble de Peque (Zamora), sense
consultar als seus veïns, va oferir el seu municipi com a candidat
per a l'ATC. Davant de l'enorme pressió social suscitada, va
retirar el seu oferiment.
Rebuig polític
Des de llavors diversos parlaments autonòmics (el parlament
català, les Corts valencianes, l'Assemblea d'Extremadura, el
parlament gallec, l'aragonès...), diversos presidents autonòmics
(el de Castella i Lleó, el de Castella-la Manxa, Andalusia...), i
nombroses diputacions provincials, consells comarcals i ajuntaments
han mostrat un immens rebuig de l'ATC.
A Catalunya, el Parlament (el març de 2008), així com 61
ajuntaments i 7 Consells Comarcals de Terres de l'Ebre i el Camp de
Tarragona s'han manifestat en contra de la instal·lació a Catalunya
del cementiri nuclear. En compliment del mandat del Parlament, el
Conseller d'Economia i Finances de la Generalitat va enviar una
carta al Ministeri d'Indústria demandant que el cementiri nuclear
no s'instal·lés a Catalunya.
A causa del seu alt nivell de radioactivitat, que persisteix
durant cents de milers d'anys, i el seu elevat potencial
radiotòxic, la mera existència dels residus radioactius d'alta
activitat (RR.AA.) suposa un greu problema ambiental, econòmic i de
salut pública, que la indústria nuclear no ha sabut resoldre durant
els seus 50 anys d'existència. Hauran de passar 482.000 anys per a
que el plutoni-239 que es troba en els RR.AA. deixi de ser
radioactiu, 34.000 anys per al radi-226, 112.000 anys en el cas del
carboni-14, etc.
La generació de residus radioactius d'alta activitat és un fet
tècnicament inevitable que està unit a la tecnologia de fissió
nuclear; és a dir, que les centrals nuclears són les productores
d'aquests residus. La gestió d'aquests residus és avui en dia un
problema no resolt a cap país del món davant del qual ha quedat
demostrat que no hi ha, ni ara ni en el futur previsible, cap forma
de gestió definitiva satisfactòria des del punt de vista
tècnic.
Centre Tecnològic Associat
Així mateix, Greenpeace, Ecologistas en Acción i la plataforma
Tanquem li Nuclears manifesten el seu rebuig del "Centre" denominat
"Tecnològic Associat" a l'ATC, una instal·lació experimental
nuclear per investigar amb tècniques de transmutació. Implicaria
haver de construir i allotjar un reactor nuclear transmutador,
instal·lacions per al reprocessament i elaboració d'elements
combustibles nuclears per a aquest reactor, amb els riscs
d'accidents nuclears i fuites de radioactivitat inherents al seu
funcionament.
A aquests riscs cal sumar els derivats de la presència,
manipulació i emmagatzematge dels elements de combustible nuclear
que s'ubicarien en l'interior de la instal·lació ATC, així com els
previs dels transports d'aquests residus radioactius des de les
centrals nuclears a l'ATC.
Greenpeace, Ecologistes en Acció i Tanquem li Nuclears demanden
al Govern central que qualsevol estratègia o pla de gestió dels
residus radioactius quedi supeditat a la prèvia consecució d'un
ampli i verdader consens social que inclogui les organitzacions de
defensa del medi ambient. I que amb caràcter previ al referit en el
punt anterior, s'aprovi i posi en marxa un pla de tancament
progressiu però urgent de les centrals nuclears, ja que aquestes
són les productores d'aquests perillosos residus. L'abandonament de
l'energia nuclear i la seva substitució per recursos energètics
nets (energies renovables i programes d'estalvi i eficiència
energètica) és possible gràcies al seu elevat potencial.