Comunicado de prensa - diciembre 14, 2009
La última semana de negociaciones arranca con una buena noticia: el acuerdo que puede evitar los peores efectos del cambio climático es posible. Ahora mismo hay dos textos sobre la mesa de negociación, uno para modificar el Protocolo de Kioto y otro para acordar un nuevo protocolo, el de Copenhague. Éste último ha de contemplar el resto de cuestiones que no están recogidas en Kioto y ha de vincular legalmente a Estados Unidos a unos compromisos equivalentes a los del Anexo 1 de Kioto.
Esta mañana los cuatro jinetes del Apocalipsis han llegado a Copenhague para recordar a los líderes lo que está en juego en la cumbre climática.Los cuatro caballos representan el Hambre, la Enfermedad, la Guerra y la Muerte – impactos severos e interrelacionados de un cambio climático sin freno.
Greenpeace considera que hay tiempo para alcanzar un buen
acuerdo, sólo es necesario que los ministros discutan sobre la base
de estos dos textos, alcancen un acuerdo sobre los elementos clave
y, posteriormente, se plasme en un documento con lenguaje
jurídico.
Para lograrlo, según la organización ecologista, es necesario
que los países industrializados den el primer paso y cumplan,
aunque con retraso, las promesas que hicieron en la cumbre de 2008
en Poznan (Polonia): establecer un objetivo conjunto de reducción
de emisiones (prometieron hacerlo en marzo de 2009). Para ello
tienen que fijar la parte del esfuerzo que va a asumir cada país
para alcanzarlo (prometieron hacerlo en junio). Sólo así va a ser
posible recuperar la confianza de los países en desarrollo y
proceder de una forma constructiva con las negociaciones.
Temas pendientes de resolver
Hay tres temas decisivos para lograr el éxito o fracaso de esta
cumbre:
- Objetivos de reducción de emisiones: el actual objetivo
conjunto de los países desarrollados para reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero entre el 10-17% para 2020, basado en
los niveles de 1990, es irrisorio. Necesita incrementarse hasta el
40%. En los documentos que hay actualmente sobre la mesa se está
debatiendo un margen en las reducciones entre el 30 y el 45%, que
son los que entran en coherencia con lo que pide la ciencia.
Además, los países en desarrollo deben desviarse significativamente
de su ritmo de crecimiento de emisiones.
- Financiación: hacen falta compromisos a largo plazo para
alcanzar los 110.000 millones de euros anuales necesarios para
financiar las actuaciones climáticas en los países en desarrollo,
tanto para adaptación como para mitigación, como para acabar con la
deforestación tropical en 2020.
- Un acuerdo legalmente vinculante: hay propuestas sobre la mesa
para alcanzar un Protocolo de Kioto enmendado y un Protocolo de
Copenhague. Es vital para la supervivencia de millones de personas
que estos dos documentos se conviertan en los dos textos legalmente
vinculantes que deben enmarcar la lucha internacional contra el
cambio climático para los próximos años.
"Los países industrializados no pueden seguir rebajando la
ambición de los textos que hay sobre la mesa. Todas las opciones
para el éxito están contempladas en los borradores, así que lo
único que hay que hacer es escoger las opciones alineadas con la
ciencia y asegurar el futuro del planeta", ha declarado Aida Vila,
responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace.
"Es el momento que hemos esperado durante dos años. El mundo entero
está pendiente y eludir la responsabilidad no es una opción
aceptable".
Esta mañana los cuatro jinetes del Apocalipsis han llegado a
Copenhague para recordar a los líderes lo que está en juego en la
cumbre climática si no emprenden acciones urgentes contra el cambio
climático y obtienen un acuerdo justo, ambicioso y legalmente
vinculante. Los cuatro caballos representan el Hambre, la
Enfermedad, la Guerra y la Muerte - impactos severos e
interrelacionados de un cambio climático sin freno. Han rodeado el
Parlamento danés y han recorrido las calles de Copenhague para
recordar el negro futuro al que nos enfrentamos si los líderes
mundiales no afrontan de forma decidida la crisis climática.