Los activistas muestran una bandera con el mensaje "Salven el clima" en catalán.
Activistas de Greenpeace comienzan a desplegar dos pancartas en la estatua de Colón (Barcelona) para señalar a Estados Unidos como culpable de los intentos de hacer fracasar la reunión climática de Barcelona. En las pancartas se puede leer “Salvad el clima” y “Climate chaos, who is to blame?” (Caos climático, ¿quién es el culpable?).
Paralelamente, la organización ha presentado la Guía de Política
Climática, en la que se concreta la responsabilidad de cada país y
en la que Obama, seguido de Zapatero, obtiene la peor puntuación
por sus actuaciones hasta ahora respecto a estas decisivas
negociaciones.
Colón señala a América porque allí está el mayor responsable de
la catástrofe climática que se nos avecina: Estados Unidos", ha
declarado Juan López de Uralde, director de Greenpeace España. "La
falta de liderazgo de Zapatero, ni siquiera siendo el anfitrión en
Barcelona, ha quedado plasmada con la segunda peor puntuación de
todos los presidentes".
Entre los activistas que participan en la acción se encuentran
una vez más los protagonistas de la campaña "Activistas por el Clima": Vicenç y Estrella. A
través de internet y de las redes sociales, cuentan día a día sus
vivencias en primera persona. Por el momento ya hay más de 6.300
personas que se han unido a la campaña y se han convertido también
en activistas por el clima a través de la web.
En la Guía de Política Climática, hecha pública hoy por
Greenpeace, se expone el abismo que separa las declaraciones de los
líderes mundiales respecto a sus actuaciones frente al cambio
climático. Según la organización, la guía demuestra que, por ahora,
no hay líderes climáticos en los países industrializados.
Este documento es el resultado de una evaluación detallada de
las posiciones de los jefes de estado clave en los asuntos que
permitirán o impedirán un acuerdo jurídico sobre el clima en la
cumbre de Copenhague. La Guía puntúa a cada líder según diversos
criterios: reducciones de emisiones, financiación, protección de
los bosques y estructura legal del acuerdo de Copenhague; también
tiene en cuenta lo que están haciendo dentro de sus respectivos
países para reducir emisiones.
El Gobierno de Obama es el peor puntuado, ya que sigue sometido
a la presión de la industria de los combustibles fósiles, en vez de
estar preparando un plan acorde con las recomendaciones científicas
para prevenir un cambio climático catastrófico. Además, en este
momento, Estados Unidos es la mayor amenaza para el éxito de las
negociaciones de Barcelona.
La baja puntuación de Zapatero se debe a su falta de liderazgo
en la lucha contra el cambio climático y a su política nacional
incoherente, en la que prima cada vez más el impulso a actividades
causantes de grandes emisiones.
"De Zapatero se esperaba que aprovechase la conferencia de
Barcelona para mostrar una clara voluntad de alcanzar un acuerdo
vinculante, ambicioso y justo para salvar el clima, pero parece que
le daba igual que esta reunión fuese en nuestro país", ha declarado
Raquel Montón, responsable de la campaña Cambio climático y Energía
de Greenpeace. "La única forma que le queda a Zapatero de salvar su
credibilidad es acudir a Copenhague a hacer lo que no ha hecho en
Barcelona".
La UE ha abandonado su papel como líder al mantener objetivos de
emisión que no están de acuerdo con la información científica sobre
clima, y su falta de compromiso a la hora de ofrecer ayuda a los
países empobrecidos. Estos problemas, junto con las diferencias
entre los países miembros, han impedido que las negociaciones
tuvieran el liderazgo, justo cuando más se necesita.
Países como China e Indonesia han dado algunos pasos hacia
adelante, pero todavía no son suficientes. Indonesia necesita un
acuerdo para conseguir "deforestación cero" y está mirando al
carbón para su expansión económica. Lula ha rechazado aplicar una
política de cero deforestación y ha estado favoreciendo el aumento
en el uso de combustibles fósiles en su país. No es de extrañar que
la inversión renovable en Brasil sea pobre. China necesita hacer
más para reducir el uso de carbón y para complementar sus
inversiones masivas en la eficiencia energética y energías
renovables, pero al final su puntuación supera a sus equivalentes
en los países desarrollados.
"Las vidas de cientos de millones de personas están en riesgo,
junto con el destino de innumerables especies. Sabemos dónde están
los problemas y cuáles son, y también sabemos qué acuerdo debemos
conseguir. Lograrlo está en manos de nuestros jefes de Estado", ha
declarado José Luis García Ortega, miembro de la delegación de
Greenpeace que sigue desde dentro la conferencia de Barcelona.