Greenpeace se suma al día de acción global contra la incineración, promovida por la Alianza Global por Alternativas a la Incineración (GAIA), integrada por 635 miembros de 88 países, entre ellos España. La inicies exigir a los gobiernos que apoyen, a través de los fondos destinados a mitigar el cambio climático, programas de prevención, reducción, reutilización, reciclaje y compostaje de residuos sólidos urbanos, que se conoce también como estrategias de Basura Cero.
Activistas de Greenpeace paralizan la construcción de la incineradora de Zabalgarbi en Bilbao.
El nuevo acuerdo sobre el clima que se discute estos días en
Bangkok (Tailandia) y que debería finalizar en diciembre en
Copenhague, tiene que respaldar estos apoyos financieros que los
países desarrollados deberían comprometer para ayudar a los países
en desarrollo a reducir sus emisiones.
Greenpeace trabaja en la adopción de planes de gestión de
residuos más sostenible para el clima como alternativa a la quema
de residuos en incineradoras, pues incluso aquellas que generan
electricidad siguen dando un balance neto de emisiones a la
atmósfera de gases de efecto invernadero, por lo que no dejan de
ser importantes fuentes de cambio climático. También se muestra
contraria a las tecnologías de plasma, termólisis y pirólisis, más
ineficientes aún que las incineradoras convencionales y la quema de
residuos en hornos de cementeras.
"Las estrategias de Basura Cero tienen beneficios importantes
para el clima, ya que conservan recursos, ahorran energía y reducen
las emisiones de gases de efecto invernadero", ha declarado Julio
Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace.
"Además de generar más puestos de trabajo que la quema de residuos
y fortalecer de esta forma las economías locales."
Diversos estudios e informes, como el recientemente publicado
por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) (1),
ponen de manifiesto cómo vertederos e incineradoras -incluso
aquellas con recuperación de energía que son presentadas como
métodos de generación de energía verde o de recuperación de
recursos- son autenticas fábricas de gases de efecto invernadero
(CO2, metano o dióxido de nitrógeno). La incineración es
incompatible con políticas de reducción, reutilización y reciclaje
dado que necesita los residuos para funcionar. Además, frena
durante décadas la adopción de prácticas sostenibles al tener
concesiones de entre 25 y 30 años contratos para operar estas
instalaciones.
Tanto Greenpeace como GAIA manifiestan su esperanza en que los
gobiernos "dejen de tirar el clima a la basura", y apoyen la
propuesta de "Basura Cero por Calentamiento Cero" y para que
destinen los fondos de mitigación asociados al sector de residuos
para proyectos de reducción, reciclaje y recuperación de recursos,
excluyendo la incineración de basuras.
(1) "Opportunities to Reduce Greenhouse Gas Emissions through
Materials and Land Management Practices".
Disponible en: http://www.epa.gov/oswer/docs/ghg_land_and_materials_management.pdf
Demandas específicas a las comunidades autónomas que quieren
apostar por la incineración:
Comunicad Valenciana
La Comunidad Valenciana está obligada a abandonar el
despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración, ya
que pretenden construir cuatro plantas nuevas, y optar por
alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Euskadi
Tal y como ha quedado patente tras los episodios de
contaminación en la planta de Zabalgarbi, esta tecnología es además
fuente de sustancias tóxicas que ponen en riesgo la salud de las
personas. Con esta realidad por delante, Euskadi debería abandonar
el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración
y descartar de la incineradora de Donostia y optar por alternativas
que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero.
Galicia
Galicia debería abandonar el despropósito de basar su gestión de
residuos en la incineración y abandonar el proyecto de ampliar la
incineradora de SOGAMA y optar por alternativas que protejan la
salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero. Hasta el momento, Galicia, con una
sola planta (la de SOGAMA), es la segunda comunidad autónoma que
más incinera. Este año ha quedado patente que la gestión de las
instalaciones de SOGAMA es muy deficiente y por lo tanto es más
seguro que se opte por tratamientos menos contaminantes.
Catalunya
Catalunya debería abandonar el despropósito de basar su gestión
de residuos en la incineración y abandonar el proyecto de construir
una incineradora más en Barcelona, así como optar por alternativas
que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero. Catalunya es con mucho la
Comunidad Autónoma que más basura quema del Estado y por otro lado
posee ejemplos de buena gestión de residuos que deberían servir de
modelo para toda la comunidad autónoma.
Asturias
Asturias debería abandonar el despropósito de basar su gestión
de residuos en la incineración y abandonar el proyecto de construir
una incineradora en Serín y optar por alternativas que protejan la
salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero.
Canarias
Canarias debería abandonar el despropósito de basar su gestión
de residuos en la incineración, tal como contempla su plan y optar
por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen
una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.