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Greenpeace pide a los países industrializados que dejen la retórica y asuman compromisos para de salvar el clima

La Organización lamenta que discursos esperanzadores como los de China o Japón no hayan sido correspondidos por los países desarrollados

Comunicado de prensa - septiembre 26, 2009
Después de la reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas obre cambio climático, celebrada a principios de semana en Nueva York, los líderes del G20 viajaron a Pittsburgh, para abordar, entre otros, el tema de la financiación de la lucha internacional por el clima, un elemento crucial para asegurar un buen acuerdo en Copenhague.

350 personas forman una pancarta humana con el lema "SOS Clima" en el parque oeste de Auckland, Nueva Zelanda

Desafortunadamente, la reunión económica del G20 terminó hoy sin ningún acuerdo en relación con los fondos necesarios para hacer frente a las inversiones en adaptación protección de los bosques y transición hacia las energías renovables que requieren los países en desarrollo que han quedado nuevamente pospuestos hasta la próxima reunión."

En los discursos que los líderes políticos pronunciaron en la Asamblea General de Naciones Unidas quedó claro que la alarma climática ya está sonando, sin embargo en Pittsburgh nadie puso medidas concretas sobre la mesa para solucionar esta crisis" ha declarado Patricia Lerner de Greenpeace Internacional. Según Lerner, "El G20 se ha quedado, nuevamente,  en el plano retórico y ha evitado cualquier compromiso capaz de salvar el clima".

El G20 acordó eliminar los subsidios a los combustibles fósiles 'a medio plazo' pero no estableció plazos concretos para que los ministros de economía y finanzas y las instituciones relevantes establezcan las estrategias para conseguirlo, de cara a la siguiente reunión. "Greenpeace da la bienvenida a esta decisión, no en vano ha estado pidiendo el cese de estos subsidios perversos desde hace más de diez años, pero considera indispensable el establecimiento de un calendario" ha añadido Lerner.

La cumbre climática de Copenhague empieza dentro de 72 días y, según Greenpeace, después de las reuniones internacionales celebradas esta semana cualquiera que esté preocupado por el cambio climático y ansioso por ver como los líderes políticos mundiales van a hacerle frente está decepcionado.

La organización destaca que, mientras China y Japón ponían sobre la mesa su voluntad de comprometerse a adoptar medidas ambiciosas en unos términos idóneos para dinamizar las negociaciones climáticas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fallaba una vez más en demostrar al mundo que su país está también dispuesto a hacer lo que sea necesario para evitar un desastre climático.

No fueron los líderes de los países desarrollados sino los mandatarios de más de 40 pequeñas islas-estado los que resaltaron el imperativo moral de actuar de forma urgente y decisiva para salvar el clima y evitar que sus territorios queden sumergidos bajo las aguas, "una dura realidad que sólo ellos parecen tener asumida pero que debería inspirar las acciones de los países desarrollados de ahora en adelante" según Lerner.

Greenpeace destaca la tibieza de las declaraciones de Obama, Merkel y Sarkozy que fueron incapaces de ofrecer los fondos que los países en desarrollo necesitan para abordar la crisis climática, generando nuevas desconfianzas acerca de si este ofrecimiento va a realizarse o no en un futuro próximo y, por lo tanto, dinamitando el que habría podido ser el momento idóneo para crear el ambiente necesario para alcanzar un buen acuerdo en Copenhague.