Comunicado de prensa - septiembre 19, 2009
A pesar de que Greenpeace es uno de los denunciantes que ha motivado el paso esta semana por Huelva del comité Euratom (de la Dirección General de Transportes y Energía de la Comisión Europea), tanto este organismo europeo como la Administración española han ocultado a los ecologistas y a la ciudadanía la visita. En un ejercicio de absoluta falta de transparencia sólo se han reunido y tenido en cuenta las explicaciones de la empresa Fertiberia, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y otras instituciones públicas.
Las balsas de fosfoyesos en Huelva ocupan 1.200 ha y albergan más de 120 millones de residuos tóxicos y radiactivos.
Tanto Greenpeace como otras organizaciones ecologistas,
movimientos ciudadanos de Huelva y científicos han denunciado desde
hace años la catástrofe sanitaria y ambiental que sufre la ciudad,
con las tasas de mortalidad por cáncer más altas de España. Estas
afirmaciones están apoyadas en estudios como los del CRIIRAD, el
Ayuntamiento de Huelva o el informe Esturión y del Servicio Andaluz
de Salud de la propia Junta de Andalucía. Hay que añadir el
elaborado recientemente por la Universidad de Huelva y por médicos
del hospital Juan Ramón Jiménez que alertan de "niveles
significativos" de uranio 238 acumulados en el organismo de
trabajadores del Polo Químico de Huelva.
Los técnicos de Euratom sólo han evaluado la metodología de
control de la radiactividad de las balsas y del CRI-9 que lleva a
cabo el CSN y otras instituciones públicas. No han efectuado
analíticas propias ni analizado los vertidos o lixiviados que van a
parar a las aguas de la ría de Huelva. A pesar de ello, Greenpeace
considera que tanto las Administraciones involucradas en el
problema como el organismo europeo se han erigido como juez y parte
y determinan que no existe ningún problema de contaminación
radiactiva en la zona, con lo que demuestran su total desprecio por
la ciudadanía que reclama soluciones inmediatas.
"De nuevo se nos vuelve a plantear que no existen problemas en
Huelva. La elevada mortalidad por cáncer es consecuencia, como
afirman las autoridades andaluzas, de los malos hábitos de los
onubenses. Este desprecio por la ciudadanía es una temeridad que
pasará factura a sus responsables", ha declarado Julio Barea,
responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace.
Ante este nuevo atropello por parte de la Junta de Andalucía y
Ministerios de Medio Ambiente e Industria, Greenpeace está
estudiando interponer una denuncia ante la Comisión Europea y el
Parlamento Europeo por la forma en que se ha llevado a cabo esta
visita y exigir una inspección con la toma de analíticas por un
laboratorio independiente.