La expedición de Greenpeace en el Ártico está monitorizando
algunos de estos glaciares, entre los que se encuentra el de
Helheim, cuya parte frontal se sitúa en el fiordo de Sermilikad y
que es responsable de la estabilidad del 6% del manto polar
ártico.
La velocidad de deshielo es apreciable a simple vista en
cuestión de días y mientras que la mayoría de glaciares avanza
hacia el mar a razón de unos 50 metros al año, el de Helheim lo
hace a una velocidad de 30 metros diarios.
El equipo de glaciólogos que se encuentra en el buque de
Greenpeace, encabezado por el doctor Gordon Hamilton de la
Universidad de Maine, baraja diferentes causas que pueden estar
contribuyendo a este fenómeno además del aumento de las
temperaturas, una de ellas es la presencia de aguas cálidas
subtropicales que recientemente se ha detectado en el fiordo de
Sermilikad.
Para Greenpeace estos datos son más que preocupantes porque la
estabilidad del manto polar ártico depende en gran medida de la
conservación de los glaciares. Además, la organización recuerda que
el fenómeno de aceleración del derretimiento del hielo Ártico no se
encuentra recogido en el cuarto informe del IPCC sobre cambio
climático por lo que advierte que las predicciones de aumento del
nivel del mar del IPCC podrían quedarse cortas.
"Para evitar que las temperaturas aumenten más de dos grados y
pongamos en riesgo el deshielo del Ártico, hay que reducir un 40%
las emisiones de los países desarrollados" ha declarado Aida Vila,
responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de
Greenpeace que ha formado parte de la expedición.
La participación española en la expedición que Greenpeace
realiza este verano en el Ártico ha terminado con una llamada de
atención a los líderes políticos mundiales, para que no
desaprovechen la oportunidad de detener el cambio climático a
tiempo: la cumbre climática de Copenhague. "La crisis climática
exige acción urgente y los líderes políticos mundiales, incluido
Rodríguez Zapatero, deben estar a la altura, no pueden permitirse
pasar al a historia como la generación de mandatarios que podía
haber frenado el cambio climático pero no supo hacerlo" ha
concluido Vila.
Por su lado, Hugo Morán, parlamentario y portavoz del Grupo
Socialista en la Comisión de Medio Ambiente en el Congreso, que ha
participado en la expedición, ha resaltado los efectos
transversales del cambio climático, que él define como una "crisis
global" y ha asegurado que "no tomar una decisión contundente en
cuanto a reducción de emisiones en Copenhague significaría una
auténtica catástrofe en términos económicos para sectores clave en
la economía española que ya están notando los impactos del cambio
climático como el turismo o el sector agroalimentario".
Nota:
(1) El hielo del Ártico, a diferencia del de la Antártida que no
tiene soporte continental, se ubica tanto en el mar como en tierra.
La mayor parte de hielo ártico terrestre es la que se conoce como
el manto polar ártico que está apuntalado por varios glaciares que
desembocan al mar. Además de este hielo continental o terrestre, el
Ártico tiene otras superficies heladas, directamente colocadas en
el mar. El deshielo de las plataformas heladas marinas -que es el
que mayor riesgo tiene de desaparecer durante el verano si sigue el
calentamiento global (los científicos predicen que hacia 2030)- no
contribuye al aumento del nivel del mar de manera directa pero el
deshielo del hielo polar terrestre o el desprendimiento de icebergs
del glaciar al mar si que aumentan el nivel del mar
directamente.