Madrid (21 de julio de 2009).- Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds (IU-ICV) ha presentado hoy el Congreso de los Diputados, junto a WWF España, Ecologistas en Acción, Greenpeace y CC.OO, una Proposición de Ley (PL) sobre Fiscalidad Ambiental. El objetivo es acometer cambios en el actual marco normativo fiscal introduciendo criterios ambientales en los impuestos existentes, creando nuevos impuestos y reformando con criterios ambientales la fiscalidad de las haciendas locales.
Esta Proposición de Ley, que se ha presentado
esta mañana en rueda de prensa en el Congreso, prevé nuevos
impuestos sobre la energía nuclear, el vertido y la incineración de
residuos y las bolsas de plástico. Estos impuestos se suman a
modificaciones que se introducen en los ya existentes sobre
hidrocarburos, matriculación, impuesto de sociedades, IRPF e IVA.
Por lo que respecta a las haciendas locales, se modifican las tasas
de residuos, el impuesto de circulación, el impuesto sobre
construcciones, instalaciones y obras y el Impuesto de Actividades
Económicas (IAE).
Los participantes en la presentación de la PL han subrayado que
con esta iniciativa se persigue gravar en mayor medida las
actividades más contaminantes, eliminar ciertos beneficios fiscales
ambientalmente injustificables y bonificar las prácticas más
sostenibles. El objetivo fundamental y prioritario de la propuesta
es modificar comportamientos de los ciudadanos y las empresas en el
consumo de bienes y servicios, sustituyendo los de mayor impacto
ambiental y emisiones de CO2, por otros de menor impacto y más
eficientes energéticamente.
También se busca promocionar sistemas de transporte y usos del
suelo "más sostenibles" con transporte público y vehículos menos
contaminantes, rehabilitación, agricultura más sostenible, energías
renovables e inversiones ambientales.
Esta Proposición de Ley no tiene la intención de incrementar la
recaudación, sino actuar sobre las vías por las que se obtiene,
favoreciendo una economía más sostenible. Aumenta en algunos casos
la recaudación fiscal (hidrocarburos, energía nuclear, vertido e
incineración, bolsas de plástico, pernocta, cambio de uso del
suelo, tasas de residuos...), pero la disminuye en otros casos
(impuesto de sociedades, IAE, IRPF...). En otros aspectos, como el
IVA o en los impuestos de matriculación y circulación, aumenta o
disminuye la recaudación en función del tipo de productos objeto de
gravamen.
Los ingresos que se deriven de esta propuesta no tendrían por lo
general destino finalista, sino que irían a las arcas del Estado,
de las comunidades autónomas o de los municipios. De forma
excepcional, el impuesto sobre la energía nuclear se destinaría
parcialmente a un Fondo estatal para la reactivación de las zonas
donde se ubican las centrales nucleares y el impuesto sobre el
cambio del uso del suelo iría al ya existente Fondo Estatal para el
Patrimonio Natural y la Biodiversidad.
Algunas de las modificaciones que se introducen en los impuestos
actualmente existentes son:
- En el impuesto sobre hidrocarburos se elimina la exención que
hasta ahora tenía para los vuelos domésticos, se aumentan las
tarifas del fuelóleo y se busca la convergencia de tipos entre el
gasóleo y la gasolina.
- En el impuesto sobre determinados medios de transporte
(matriculación), se elimina la exención del impuesto de la que
disfrutaban hasta ahora todas las embarcaciones de recreo y las
aeronaves. En los vehículos y motocicletas se refuerza el vínculo
entre el tipo impositivo y las emisiones de CO2, aumentando el
número de categorías existentes y tomando en consideración otras
formas de contaminación por medio de las categorías euro.
- En el Impuesto de sociedades, se introducen deducciones para
inversiones de ahorro de energía y agua y en gastos para favorecer
la movilidad sostenible de sus trabajadores.
- En el IRPF, se introduce una deducción por adquisición de
abonos de transporte público por parte de los trabajadores.
- En el IVA, se aplicaría el tipo normal en vez del reducido a
servicios como la fumigación de plantaciones o el transporte aéreo
y se aplicaría, sin embargo, el IVA reducido a las rehabilitaciones
y viviendas protegidas.
Los nuevos impuestos (estatales) que se crearían son:
- Un impuesto sobre la energía nuclear y el almacenamiento de
residuos radiactivos, cuya recaudación se destinaría en parte a un
fondo para el desarrollo alternativo de las zonas donde se ubican
las centrales.
- Un impuesto sobre el vertido y la incineración de residuos,
cuyos ingresos se cederían a las CC.AA. y del que se excepcionan
las CC.AA. que ya lo tienen establecido.
- Un impuesto sobre las bolsas de plástico de un sólo uso,
similar al establecido por Irlanda.
- Un impuesto sobre el cambio de uso del suelo, cuya finalidad es
desincentivar la urbanización excesiva gravando las actuaciones de
nueva urbanización y favoreciendo un urbanismo compacto. La
recaudación se destinaría al Fondo para el Patrimonio Natural y la
Biodiversidad creado por la ley 42/2007.
- Un impuesto sobre sustancias de elevado nivel de preocupación,
como las clasificadas por la normativa como carcinógenas, mutágenas
o tóxicas para la reproducción, para favorecer el consumo de
sustancias alternativas menos dañinas para la salud humana y
laboral.
Por lo que respecta a las Haciendas locales se modificarían en
el siguiente sentido:
- Las tasas de residuos se definirían con criterios
ambientales.
- Los tipos del IBI se modularían en función del certificado
energético del edificio y la segunda residencia tendría un
recargo.
- El impuesto de circulación se modularía también según las
emisiones de CO2 y las categorías euro.
- En el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras se
diferenciaría entre las de suelo urbano consolidado o edificado y
las unifamiliares y se bonificaría el aprovechamiento de aguas
grises. Similar diferenciación se aplicaría en el impuesto de
plusvalías.
- Se define un impuesto sobre la pernocta, que gravaría la
estancia en alojamientos turísticos, que se podría aplicar
voluntariamente por parte de los ayuntamientos.
- En el IAE se eliminaría la bonificación que ahora tienen las
empresas alejadas del casco urbano, que actualmente carece de
sentido, y se bonificaría a empresas con transporte colectivo o
plan de movilidad, o con sistema de gestión ambiental EMAS.