Comunicado de prensa - mayo 28, 2009
El buque Rainbow Warrior de la organización Greenpeace ha llegado en la tarde de hoy, jueves 28 de mayo, a Cabo Balea, dónde están intentando reiniciar las obras de un puerto deportivo ilegal asociado a una gran operación especulativa en tierra.
Activistas de Greenpeace del Rainbow Warrior han denunciado hoy en la ría de Arousa (Pontevedra) que los efectos del cambio climático sobre la producción de mejillón y otros sectores de la economía son ya una realidad.
Junto al Rainbow se han concentrado embarcaciones de bajura de
toda la ría. El banco pesquero y marisquero que desaparecería con
el puerto, según fuentes del sector, crea unos 500 puestos de
empleo directo, que no se verán compensados por la construcción de
un puerto deportivo privado.
Greenpeace lleva años denunciando la construcción de este puerto
enclavado en pleno Espacio Natural Protegido de la Costa Da Vela y
que se sitúa sobre suelo clasificado como rústico de protección de
espacios naturales por lo que es ilegal realizar cualquier tipo de
edificación.
El Plan de Puertos de Galicia ha proyectado un fuerte
crecimiento de amarres pasando de los actuales 11.658 a 31.000.
Unas cifras completamente incongruentes a la luz de la caída
durante los dos últimos años en el número de matriculaciones de
embarcaciones del recreo.
"Apostar por el modelo económico suicida del Mediterráneo con
clubs náuticos y complejos urbanísticos asociados está
completamente probado como gran fracaso ambiental, económico y
social", ha declarado Mario rodríguez a bordo del Rainbow
Warrior.
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Gallego
O buque Rainbow Warrior da organización Greenpeace achégase esta
tarde a Cabo Balea, onde están tentando reiniciar as obras dun
porto deportivo ilegal asociado a unha operación especulativa de
longo alcance en terra.
Xunto ao Rainbow concentraranse embarcacións de baixura de toda
a ría. O banco pesqueiro e marisqueiro que desaparecería co porto,
según fontes do sector, crea uns 500 postos de emprego directo, que
non se mirarán compensados pola construcción dun porto deportivo
privado.
Greenpeace leva anos denunciando a construción deste porto
situado en pleno Espazo Natural Protexido da Costa Dá Vela e que
sitúase sobre solo clasificado como rústico de protección de
espazos naturais polo que é ilegal realizar calquera tipo de
edificación.
O Plan de Portos de Galicia proxectou un forte crecemento de
amarres pasando dos actuais 11.658 a 31.000. Unhas cifras
compretamente incongruentes á luz da caída durante os dous últimos
anos no número de matriculacións de embarcacións de recreo.
"Apostar polo modelo económico suicida do Mediterráneo con
clubes náuticos e complexos urbanísticos asociados está
completamente probado como un gran fracaso ambiental, económico e
social", declara Mario Rodríguez, director de Campañas de
Greenpeace, a bordo do Rainbow Warrior.