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El cierre de Garoña no supondría un aumento del precio de la electricidad

Greenpeace considera mentira y un engaño la información de que el cierre de Garoña supondría un aumento del 10% en el precio de la electricidad

Comunicado de prensa - mayo 26, 2009
Greenpeace considera una mentira con intencionalidad de desinformación la afirmación que circularon ayer “fuentes del sector energético” no identificadas sobre que el cierre de Garoña podría aumentar el precio de la electricidad en un 10%. “Se trata de una intoxicación delirante y sin fundamento por parte de la industria nuclear para tratar de achantar al Gobierno y disuadirle de su decisión de cerrar Garoña”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace España, en relación al compromiso del PSOE de abandonar la energía nuclear.

Acción de Greenpeace con sesenta activistas en la central nuclear de Garoña.

Dado que la central nuclear de Garoña está amortizada desde hace años, y que su exigua aportación al sistema eléctrico español está ya compensada por la generación eléctrica mediante energías renovables, el cierre inmediato de esta central nuclear será a coste cero.

Según la organización ecologista, esa afirmación sobre el posible aumento del precio de la electricidad no tiene ningún fundamento por diversas razones:

1) La central nuclear de Garoña está plenamente amortizada desde hace años. El propietario no puede reclamar ningún tipo de amortización pendiente.

2) Las inversiones de mantenimiento realizadas por el propietario explotador (Nuclenor) en los últimos años en Garoña por orden del organismo regulador (Consejo de Seguridad Nuclear, CSN) para mantener los niveles de seguridad que le exige, son un requisito obligatorio para mantenerla operativa hasta la fecha de expiración del permiso de explotación y, por lo  tanto, no son inversiones que se puedan o deban compensar.

3) Que las inversiones en la planta que haya efectuado Nuclenor de forma voluntaria las ha realizado con pleno conocimiento de la potestad soberana del Gobierno de no renovar la licencia. Han sido un riesgo tomado por parte de Nuclenor y resultaría absurdo plantear al Gobierno compensación al respecto.

En este apartado se incluyen las inversiones realizadas para la última recarga de combustible de uranio, que ya fue denunciada por Greenpeace como parte de una estrategia de chantaje económico al Gobierno.

4) La central nuclear de Garoña está ya sustituida por las energías renovables, por lo que  el cierre inmediato de Garoña no implicará ningún quebranto al sistema eléctrico español, en especial desde el punto de vista económico.

La contribución energética de la central nuclear de Garoña es escasa (el 1,28% del total, en 2007) y está sobradamente compensada por la aportación de las energías renovables. En comparación, las energías renovables aportaron en 2007 un 23% del total de la electricidad generada (un 3% más que todas las centrales nucleares juntas). Simplemente el incremento de la producción de electricidad renovable en 2007 con respecto al 2006 supuso casi el doble de la aportación de la central nuclear de Garoña en 2007.

Greenpeace recuerda que España (cuyo balance de intercambios internacionales de electricidad es netamente exportador) exportó en 2008 una cantidad de electricidad equivalente a la producida por tres centrales nucleares como la de Garoña.

El Gobierno es plenamente soberano para decidir el cierre de la central de Garoña por motivos políticos, al ser responsable de la decisión de no renovar, o renovar, el permiso de funcionamiento de la central nuclear.

Por otro lado, actualmente permanecen paradas cuatro de las ocho centrales nucleares del parque de generación: Almaraz-2 (en Cáceres) y las tres que hay en Cataluña, (Vandellòs-2, Ascó-1 y Ascó-2), sin que se produzcan efectos en la red eléctrica ni en los mecanismos de formación de precios de la electricidad.