Este sitio usa cookies. Si continúas navegando estás aceptando su utilización. Más información

Una fuga de hidrógeno provoca la parada de la central nuclear de Trillo

Comunicado de prensa - abril 8, 2009
Greenpeace considera que los repetidos incidentes demuestran la poca fiabilidad de la energía nuclear y demanda al Gobierno que aplique su plan de cierre de las centrales. En lo que va de semana dos de las ocho centrales del parque nuclear español han tenido que realizar paradas forzosas no programadas por diversos fallos de seguridad.

Vista de la central nuclear de Trillo

El pasado lunes, la central nuclear de Garoña (Burgos) se vio obligada a parar debido a un fallo en una válvula de seguridad, suceso que se sumaba -en menos de una semana- a la explosión de un transformador eléctrico de esa misma central sucedido el miércoles anterior y sobre el que tanto la central nuclear como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no informaron a la opinión pública hasta que lo hicieron Greenpeace y Ecologistas en Acción de Burgos.

Hoy la central nuclear de Trillo (Guadalajara) se veía forzada a interrumpir el proceso de arranque por una fuga de hidrógeno en un enfriador del gas del alternador, como ha reconocido el propio CSN.

"Las energías renovables siguen aumentando en disponibilidad y en su contribución a la cobertura de la demanda de forma limpia y sin incidentes, mientras que las centrales nucleares aumentan en inseguridad y pierden fiabilidad", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace. "Es hora de que el Gobierno ponga en marcha el prometido plan de cierre de las centrales nucleares", ha añadido Bravo.

Como demuestran los datos de 2008 de Red Eléctrica Española (REE), las renovables han estado disponibles cuando más se necesitaban. El 15 de diciembre de 2008 se alcanzó el valor máximo de demanda de potencia media horaria con 42.961 MW, siendo suministrada principalmente por las energías renovables: 18% de eólica, 13% de hidráulica y un 11% del resto del régimen especial (otras renovables y cogeneración), y un 27% por térmicas de gas de ciclo combinado, 16% carbón, 14% por nuclear y 1% por fuel/gas.

Además, la energía eólica superó en varias ocasiones los anteriores máximos históricos de potencia instantánea, de energía horaria y de energía diaria. El 18 de abril quedó fijado el último récord de energía eólica diaria con 213.169 MWh, una producción que permitió cubrir el 28,2% de la demanda eléctrica de ese día. Como récord, el que se produjo el 24 de noviembre (a las 4:47 horas) cuando el 43% de la demanda fue cubierta por energía eólica.

Es destacable que en la madrugada del 2 de noviembre, un momento de gran producción de electricidad eólica, REE dio una instrucción de bajar la producción eólica para mantener la estabilidad del sistema, debido a la imposibilidad de integrar toda la energía eólica por falta de demanda suficiente. Por esta causa, la generación procedente de esta fuente se redujo cerca de 2.800 MW, una energía totalmente limpia y gratuita que no se pudo aprovechar a pesar de estar disponible.

En opinión de Greenpeace, este hecho muestra la necesidad de hacer más flexible el sistema eléctrico español, que debe liberarse cuanto antes de los grupos de generación (carbón y sobre todo nuclear) que no son capaces de reducir su potencia con rapidez para integrar las energías renovables cuando éstas están disponibles.

Greenpeace espera que el Gobierno cumpla su compromiso de cerrar la central nuclear de Garoña, de forma que ésta instalación se dé de baja definitiva del sistema eléctrico español como muy tarde en julio de 2009, cuando vence su permiso de explotación.

Además, la organización ecologista demanda la creación de una Ley de Energías Renovables que asegure que al menos el 50% de toda la electricidad que se consuma en España en 2020 sea de origen renovable.