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España está exportando electricidad a pesar de que tres centrales nucleares están paradas

Gracias al avance de las renovables, es cada vez más fácil prescindir de las centrales nucleares

Comunicado de prensa - marzo 20, 2009
Tres de las ocho centrales nucleares españolas están actualmente paradas y nuestro sistema eléctrico está exportando electricidad. Un total de 2.619 MW nucleares están fuera de operación, los correspondientes a las centrales de Garoña, Vandellós-2 y Trillo, para acometer diversas reparaciones y realizar recargas de combustible (1).

Acción de Greenpeace con sesenta activistas en la central nuclear de Garoña.

"Es cada vez más obvio que, gracias al avance de las renovables, el sistema eléctrico español puede asumir el cierre inmediato de la central nuclear de Garoña y un cierre progresivo pero urgente de las demás", ha afirmado Juan López de Uralde, director de Greenpeace España.

El sistema eléctrico español es netamente exportador, situación que se mantiene desde 2004. A pesar de ello, el lobby nuclear transmite repetidamente la mentira de que España tiene una gran dependencia de la importación de electricidad del exterior, en un intento de confundir a la opinión pública. Mediante esta estrategia, la industria nuclear pretende defender el mantenimiento del parque nuclear español, cuyo cierre progresivo es un compromiso del actual Gobierno socialista.

Según los datos de la Red Eléctrica de España (REE) sobre el funcionamiento del sistema eléctrico español en 2008, ese año los intercambios internacionales de electricidad del Sistema Eléctrico español registraron un saldo exportador de 11.221 Gigavatios-hora (GWh), un 95% superior al del 2007. Como indica la REE, este incremento se ha debido tanto a la evolución de las exportaciones que han experimentado un aumento del 19%, como al volumen de importaciones que han registrado un descenso del 30%.

Las energías renovables han tenido un crecimiento muy significativo, tanto en la potencia instalada como en la producción de electricidad y participación en la cobertura de la demanda, con un papel muy destacado de la energía eólica de la que España es la tercera potencia mundial y, por primera vez, la solar fotovoltaica que este año ha crecido en España más que en ningún otro país. En 2008, se cubrió con energías renovables cerca del 25% de la cobertura de demanda.

Por el contrario, las centrales nucleares, cuya cobertura de la demanda fue del 18,3%, han sufrido en 2008 una importante pérdida de disponibilidad (el número de horas que se mantuvieron conectadas a la red) por causas no programadas, lo que excluye, entre otras, las paradas para recarga de combustible. Así por ejemplo, durante 2008 las centrales catalanas de Ascó-1, Ascó-2 y Vandellós-2 pararon de forma imprevista, por diversas averías e incidentes, un total de 114 días, cinco veces más que en 2007, donde se registraron 21 días de parada forzosa.

"Las energías renovables siguen aumentando en disponibilidad y en su contribución a la cobertura de la demanda de forma limpia y sin incidentes, mientras que las centrales nucleares aumentan en inseguridad y pierden fiabilidad", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.

La contribución energética de Garoña es marginal y está sobradamente compensada por la aportación de las energías renovables. En 2007 su aportación al sistema eléctrico fue tan solo de de 3.478 Gigavatios-hora (Gwh), lo que supone un 1,28% sobre el total de generación neta de electricidad de ese año, que fue de 271.372 Gwh.

Ese mismo año la contribución de las energías renovables fue de 62.081 Gwh, un 9,61% (5.969 GWh) superior a la del año anterior. Simplemente esos 5.969 Gwh de incremento de la producción de electricidad renovable en 2007 con respecto al 2006 suponen casi el doble de la aportación anual de Garoña. En resumen, el sistema energético español puede asumir el cierre inmediato de la central nuclear Garoña.

NOTAS

(1) Además, la central nuclear de Vandellós-2 tiene previsto finalizar el montaje y poner en marcha el nuevo sistema de refrigeración de agua de servicios esenciales, ya que el original sufrió graves daños por corrosión agravados por una negligente gestión por parte de la compañía propietaria, que se conocieron en el accidente que sufrió esta central en 2004. En 2005 se produjo un gran escándalo y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tuvo que reconocer, en una investigación parlamentaria, que la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) mantuvo Vandellós-2 durante varios meses funcionando en condiciones de "seguridad degradada" y que priorizó sus intereses económicos a la seguridad.

Al poco de iniciar esta última parada, se detectó en Vandellós-2 un nuevo incumplimiento de las normas de seguridad: el incumplimiento del criterio de diseño de estanqueidad al agua en tres sellados del edificio de control.