Acción de Greenpeace con sesenta activistas en la central nuclear de Garoña.
"Es cada vez más obvio que, gracias al avance de las renovables,
el sistema eléctrico español puede asumir el cierre inmediato de la
central nuclear de Garoña y un cierre progresivo pero urgente de
las demás", ha afirmado Juan López de Uralde, director de
Greenpeace España.
El sistema eléctrico español es netamente exportador, situación
que se mantiene desde 2004. A pesar de ello, el lobby nuclear
transmite repetidamente la mentira de que España tiene una gran
dependencia de la importación de electricidad del exterior, en un
intento de confundir a la opinión pública. Mediante esta
estrategia, la industria nuclear pretende defender el mantenimiento
del parque nuclear español, cuyo cierre progresivo es un compromiso
del actual Gobierno socialista.
Según los datos de la Red Eléctrica de España (REE) sobre el
funcionamiento del sistema eléctrico español en 2008, ese año los
intercambios internacionales de electricidad del Sistema Eléctrico
español registraron un saldo exportador de 11.221 Gigavatios-hora
(GWh), un 95% superior al del 2007. Como indica la REE, este
incremento se ha debido tanto a la evolución de las exportaciones
que han experimentado un aumento del 19%, como al volumen de
importaciones que han registrado un descenso del 30%.
Las energías renovables han tenido un crecimiento muy
significativo, tanto en la potencia instalada como en la producción
de electricidad y participación en la cobertura de la demanda, con
un papel muy destacado de la energía eólica de la que España es la
tercera potencia mundial y, por primera vez, la solar fotovoltaica
que este año ha crecido en España más que en ningún otro país. En
2008, se cubrió con energías renovables cerca del 25% de la
cobertura de demanda.
Por el contrario, las centrales nucleares, cuya cobertura de la
demanda fue del 18,3%, han sufrido en 2008 una importante pérdida
de disponibilidad (el número de horas que se mantuvieron conectadas
a la red) por causas no programadas, lo que excluye, entre otras,
las paradas para recarga de combustible. Así por ejemplo, durante
2008 las centrales catalanas de Ascó-1, Ascó-2 y Vandellós-2
pararon de forma imprevista, por diversas averías e incidentes, un
total de 114 días, cinco veces más que en 2007, donde se
registraron 21 días de parada forzosa.
"Las energías renovables siguen aumentando en disponibilidad y
en su contribución a la cobertura de la demanda de forma limpia y
sin incidentes, mientras que las centrales nucleares aumentan en
inseguridad y pierden fiabilidad", ha declarado Carlos Bravo,
responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.
La contribución energética de Garoña es marginal y está
sobradamente compensada por la aportación de las energías
renovables. En 2007 su aportación al sistema eléctrico fue tan solo
de de 3.478 Gigavatios-hora (Gwh), lo que supone un 1,28% sobre el
total de generación neta de electricidad de ese año, que fue de
271.372 Gwh.
Ese mismo año la contribución de las energías renovables fue de
62.081 Gwh, un 9,61% (5.969 GWh) superior a la del año anterior.
Simplemente esos 5.969 Gwh de incremento de la producción de
electricidad renovable en 2007 con respecto al 2006 suponen casi el
doble de la aportación anual de Garoña. En resumen, el sistema
energético español puede asumir el cierre inmediato de la central
nuclear Garoña.
NOTAS
(1) Además, la central nuclear de Vandellós-2 tiene previsto
finalizar el montaje y poner en marcha el nuevo sistema de
refrigeración de agua de servicios esenciales, ya que el original
sufrió graves daños por corrosión agravados por una negligente
gestión por parte de la compañía propietaria, que se conocieron en
el accidente que sufrió esta central en 2004. En 2005 se produjo un
gran escándalo y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tuvo que
reconocer, en una investigación parlamentaria, que la Asociación
Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) mantuvo Vandellós-2 durante varios
meses funcionando en condiciones de "seguridad degradada" y que
priorizó sus intereses económicos a la seguridad.
Al poco de iniciar esta última parada, se detectó en Vandellós-2
un nuevo incumplimiento de las normas de seguridad: el
incumplimiento del criterio de diseño de estanqueidad al agua en
tres sellados del edificio de control.