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La Junta niega a Greenpeace formar parte del grupo de expertos para recuperar las balsas de fosfoyesos

El Gobierno andaluz ha propuesto una lista de personas que han negado repetidamente el grave problema sanitario y ambiental que vive Huelva

Comunicado de prensa - marzo 12, 2009
La petición de Greenpeace de participar en el grupo de expertos que analizará la restauración de las balsas de fosfoyesos de Huelva, donde vierte la empresa Fertiberia, ha sido rechazada. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha ofrecido excusas vagas y justificaciones inaceptables para que ninguna voz crítica forme parte de este comité.

Greenpeace ha descubierto fugas del isótopo radiactivo cesio-137 al río Tinto, en las marismas de Huelva, a escasos centenares de metros de la ciudad de Huelva, procedentes de las más de 7.000 toneladas de material contaminado radiactivamente por el accidente de Acerinox en 1998. Éstas se enterraron de forma incontrolada en el denominado Centro de Recuperación de Inertes (CRI) nº9, ubicado en las arismas de Mendaña.

La futura solución al problema sanitario y ambiental de Huelva será analizado por personas que en todo momento han manifestado públicamente la inocuidad de los fosfoyesos que se vierten a las marismas del río.

"Resulta cuando menos sospechoso que la Junta no quiera que haya representantes de la sociedad civil en este grupo y cabe preguntarse si el Gobierno andaluz tiene algo que ocultar a la ciudadanía." Ha manifestado Julio Barea, representante de la campaña de Contaminación de Greenpeace.

Existen numerosos estudios que revelan la existencia de un grave problema de contaminación en Huelva como los del CRIIRAD; el Ayuntamiento de Huelva; el informe Esturión y del Servicio Andaluz de Salud de la propia Junta de Andalucía; y el recientemente elaborado por la Universidad de Huelva y por médicos del hospital Juan Ramón Jiménez que alertan de "niveles significativos" de uranio 238 acumulados en el organismo de trabajadores del Polo Químico.

Las tareas de limpieza y descontaminación suponen una oportunidad para la creación de nuevos y duraderos empleos en la zona, costes que en cualquier caso debería asumir la empresa responsable de la catástrofe sanitaria y ambiental que vive Huelva, Fertiberia.

Greenpeace siempre ha mantenido que hay que parar inmediatamente los vertidos y descontaminar las marismas. Las inspecciones realizadas por los técnicos de la organización ponen de manifiesto que la solución no pasa por una simple cubrición con arenas y arcillas de las balsas de fosfoyesos. A diario se están vertiendo, a las marismas y aguas del Tinto, residuos tóxicos y radiactivos.

Huelva vive sitiada por 120 millones de toneladas de residuos tóxicos y radiactivos (fosfoyesos) procedentes de la fabricación de fertilizantes químicos. Bruselas ha apreciado irregularidades en las autorizaciones otorgadas por la Junta de Andalucía a Fertiberia. Incluso ha reconocido, en sede del Parlamento Europeo, que estamos ante el mayor caso de contaminación industrial de Europa. Huelva es el punto de España con mayor grado de mortalidad por cáncer como consecuencia de la contaminación.