lunes, 24 de marzo de 2008
© Greenpeace
Greenpeace lleva trabajando diez años para eliminar la presencia de madera de origen ilegal en la Unión Europea (UE), el mayor mercado de productos forestales del mundo.
La madera principalmente procede de países con problemas de gobernanza donde se da: incumplimiento de leyes, falsificación de documentos y blanqueo de madera, robo de tierras, tala en tierras públicas y tramitación de madera ilegal procedente de la deforestación. Incluso algunas madereras han sido acusadas de estar involucradas en violencia e intimidación, incluyendo amenazas de muerte y corrupción.
El 7 de julio de 2010, el Parlamento Europeo aprobó una ley que prohíbe la presencia de madera de origen ilegal en la Unión Europea (UE). Esta ley evitará la competencia desleal de los que operaban con madera obtenida fraudulentamente y de manera más barata en los países productores. Se establecerán requerimientos a las empresas para verificar la trazabilidad completa de los productos forestales, y se multará a los infractores. Es un paso importante, pero Greenpeace sigue trabajando para mejorar el texto y para que se aplique correctamente.
Madera de la guerra, madera de conflicto. La madera procedente de regímenes dictatoriales, fuerzas de ocupación o facciones rebeldes en países en conflicto, como Colombia, Birmania (Myarmar), Liberia o República Democrática del Congo, es considerada madera de la guerra.
Por ejemplo, en el sureste asiático, de donde proceden la mayor parte de los muebles de teca que se venden en España, la depredación de los recursos forestales, la corrupción política, la tala ilegal y la deforestación dominan el sector forestal. En el caso de la teca procedente de la antigua Birmania (hoy Myarmar), la dictadura militar utiliza la madera como moneda de cambio para armarse y mantenerse en el poder.
“Made in China”. China es, en estos momentos, el mayor importador mundial de madera tropical; la mitad de los árboles tropicales talados en el planeta acaban en China. Gran parte de esta madera procede de Indonesia y Papúa Nueva Guinea, donde el porcentaje de talas ilegales sobre el total se sitúa entre el 76% y el 90%.
Tras las importaciones de madera, ésta se procesa convirtiéndose en la principal productora mundial de productos madereros, los “Made in China” para satisfacer la demanda de EE.UU, Japón o Europa.
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