[01] Los alimentos, cuanto más cercanos, mejor, menos transporte y menos emisiones de CO2. Además, así apoyas a los productores locales.[02] Apuesta por el producto fresco, natural y de temporada. Y si puedes, ecológico.[03] Evita los productos elaborados y sobreenvasados y llévate todo lo que puedas a granel.[04] Reduce el consumo de carne y pescado y apuesta por menús ricos en verduras, legumbres y frutas.[05] Si quieres introducir carne en tu comida, ¿por qué no sorprendes a tus comensales con carne ecológica? Busca el etiquetado de certificación de tu comunidad autónoma.[06] ¿Un poco de pescado? ¡Ojo! Que no esté en la Lista roja de Greenpeace. Mejor salvaje que de acuicultura y que haya sido pescado con métodos selectivos. Rechaza los inmaduros y aprovéchalo bien. Pregunta a tu pescadero y que te informe.[07] ¿Marisco? ¡Cuidado con los langostinos! Su pesca salvaje afecta a otras muchas especies que son descartadas y el de acuicultura devasta los manglares. Evítalo.[08] ¡Ningún producto transgénico en nuestras comidas! Utiliza nuestra Guía roja y verde para poder evitarlos.[09] Puedes llevar bolsa de tela o carrito para tus compras. Así no tienes que utilizar bolsas de plástico.[10] ¡Ay, las uvas! No se nos pueden olvidar que hay que empezar bien el año. Pero que sean a granel, sin empaquetado, y cultivadas lo más cerca posible.
[*] ¡Ojo con el gasto de energía en la preparación de los alimentos!
[*] Ya está todo listo y la comida o cena preparada. Disfrútala con tus seres queridos y cuidado con los empachos.