El globo de Greenpeace

El globo aerostático de Greenpeace.

Origen

El globo de Greenpeace puede llevar a tres personas- un piloto y dos pasajeros. Siendo necesarias tres personas más para completar la tripulación en tierra.

El globo puede sólo ser lanzado en vientos bajos (hasta 10 nudos)

En muchas partes del mundo, esto significa que sólo puede volar dos horas después de la salida del sol y dos horas antes de su puesta. Esto es porque durante el día el sol calienta la atmósfera y crea corrientes térmicas que pueden ser peligrosas para la estabilidad del mismo. En meses de invierno, cuando el calor del sol es menos fuerte, hay más posibilidades de realizar vuelos durante el día. El globo puede permanecer en el aire un máximo de dos horas en condiciones normales (una temperatura fresca bajo 2000 metros sobre el nivel del mar).

Hay dos tipos del vuelo de globo: en libertad o atado

Durante vuelos libres, una vez que el globo asciende queda a merced de los vientos. El piloto puede dirigir el globo hasta cierto punto aprovechando las corrientes de viento.

Historia

Los vuelos históricos de globo de Greenpeace incluyen los realizados sobre el Muro de Berlín en 1983, sobre las pruebas nucleares de Estados Unidos en Nevada en 1987 y sobre el Taj Mahal durante la protesta contra las pruebas nucleares en India en 1998.

Acciones

El Globo se usa en las acciones de Greenpeace con diferentes propósitos de campaña como: colgar pancartas, sacar fotografías de crímenes medioambientales, tomar datos y medir la contaminación en el aire o como plataforma para saltos con paracaídas.

Especificaciones técnicas

1 Envelope CAMERON including scoop, type Sphere 105.
1 Nacelle CAMERON Aristocrat (Basket).
1 CAMERON burner MK 4 Super (including 4 karabiners).
1 soplador.
2 Worthington Cylinders stándar.
3 Master Worthington Cylinders.
1 Remolque WESTFALIA - (Trailer).

Personal contratado

El director de campañas de Greenpeace Canadá, Jo Dufay, describe su vuelo en globo sobre la ciudad de Quebec el 20 de abril de 2001: "El globo ascendió en las afueras de la ciudad de Quebec y rápidamente alcanzó altura. De repente el viento lo golpeó por la parte superior y lo estiró. Esto hizo que el globo perdiese aire y comenzamos a caer a plomo. Miré hacia abajo desde la frágil cesta de mimbre. No confiaría en ella ni para mi colada, pensé, dándome cuenta que era lo único que existía entre mi cuerpo y el río San Lorenzo. De repente subimos otra vez, cuando Frank, el piloto, giró la llama que sonó como un rugido. El globo se hinchaba y podíamos ver desde dentro un gigantesco mapa del mundo en su tela. Con la llama reducida de nuevo, volamos de nuevo sobre el lugar donde se celebraba la Cumbre de las Américas. El globo llevaba un mensaje: Parad el Cambio Climático. En la calma de repente oímos un helicóptero de seguridad de la Cumbre: estaban sobre nosotros".