- Sindicatos, organizaciones ecologistas y numerosos colectivos de la sociedad civil rechazan el “TTIP canadiense” por su impacto negativo sobre el empleo, los derechos laborales, los estándares ambientales y la soberanía nacional.
- Como el resto de acuerdos comerciales y de inversión que están siendo negociados en secreto por la UE, estos tratados buscan la desregulación total de numerosos sectores económicos, incluidos los servicios públicos, y consideran “barreras no arancelarias” las normas y regulaciones ambientales y de seguridad alimentaria.
La campaña No al TTIP, CETA y TiSA ha observado con atención los últimos movimientos registrados en el Partido Socialista con respecto a su posicionamiento sobre la ratificación del CETA (Comprehensive Economic and Trade Agreement), el acuerdo comercial firmado por Canadá y la UE el pasado 30 de octubre y ratificado por el Parlamento Europeo el pasado 15 de febrero.
Después de haber votado a favor en la Comisión de Exteriores del Congreso el 20 de junio, el PSOE ha anunciado un cambio de posición a través de declaraciones e intervenciones en redes sociales, que han concluido con las manifestaciones de su recién nombrado Secretario General, Pedro Sánchez, que indican que su partido se inclinará por la abstención en próxima votación del Pleno del Congreso, el jueves 29 de junio.
Desde la campaña valoramos positivamente que el debate sobre este tratado se haya efectuado en las filas socialistas, rompiendo el monolitismo anterior, aceptando que pueda tener aspectos especialmente controvertidos en determinadas materias y desmarcándose del consenso neoliberal con el PP, Ciudadanos y otros grupos. Asimismo consideramos muy valiosa la actitud de algunos dirigentes socialistas que se han brindado a dialogar con esta plataforma y también la posición claramente en contra de algunas personas de relevancia de esta organización.
No obstante, creemos que la decisión de proponer al grupo parlamentario la abstención -desde un punto de vista democrático obviamente no cuestionable-, no conseguirá lo que a nuestro juicio es fundamental: la no ratificación del CETA. Entendemos que de esta forma igualmente se deja la vía libre a la ratificación del tratado.
Creemos que en este tratado no se dirime -como se suele manifestar de forma un tanto torticera- una pugna entre libre mercado y proteccionismo. Lo que se dirime es el tipo de comercio que se quiere imponer a nivel global. Comercio a medida de las grandes corporaciones, a costa de la desprotección de los derechos de las personas y de los recursos naturales.
Hemos argumentado constantemente en los últimos tres años los peligros inherentes a tratados como el CETA o el TTIP. Se han publicado numerosos estudios que avalan que estos tratados no mejorarán los niveles de empleo y supondrán graves problemas para las pymes, así como impedirán luchar de manera efectiva contra el cambio climático y contra la pérdida de biodiversidad del planeta.
El CETA no incluye un capítulo sobre medidas concretas de apoyo a las pymes, a las que el Comité Económico y Social Europeo ven perjudicadas ya que estima que este tipo de acuerdos favorece la expansión de las grandes empresas; este acuerdo no prevé sistemas de control y sanción efectiva por el incumplimiento de las obligaciones relativas a los derechos laborales; los convenios colectivos se verán seriamente perjudicados por los mecanismos de resolución de controversias entre inversores y estado como de hecho ya ha sucedido en otros acuerdos en vigor; la excelencia que para el mundo agrario supone las Denominaciones de Origen Protegidas y las Indicaciones Geográficas Protegidas se verá claramente perjudicada al solo reconocerse el 10% de ellas. Estos son solo alguno de los ejemplos que pueden comprobarse leyéndose el texto del acuerdo.
El pasado 10 de mayo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha anulado, aceptando el recurso presentado por la campaña europea contra los TLC, la decisión de la Comisión Europea de no admitir el registro de la Iniciativa Ciudadana Europea en pro de pedir la revocación del mandato de negociación del TTIP y la no firma del CETA. Esta decisión tan importante del TJUE debería hacer también reflexionar a las personas que van a votar el próximo 29 de junio sin ni siquiera aceptar la remisión del texto al Tribunal Constitucional para que resuelva las posibles contradicciones que pueda tener el texto del acuerdo.
Desde la campaña No al TTIP, CETA, TiSA y desde las organizaciones políticas y sindicales y movimientos sociales adheridos estamos convencidos que gran parte de las bases socialistas y bastantes representantes autonómicos y locales (más cerca de la realidad de las clases populares) comparten en gran medida nuestro planteamiento.
Creemos que ahora es el momento en el que los nuevos y nuevas dirigentes replanteen el posicionamiento del PSOE sobre este acuerdo, teniendo la valentía de dar un paso más allá de la abstención, con un claro voto no al CETA, única posibilidad de abrir un debate sobre ese otro comercio con respeto a los derechos de las personas y al planeta, del que durante estos días nos están hablando diferentes dirigentes socialistas. reflexionando en los días que quedan antes de la votación.