Magazine / abril 2016

Lo hicimos

© Greenpeace / P. Armestre

Quieren reabrir Garoña. La central nuclear más vieja de la Unión Europea está parada desde 2012, pero el Gobierno en funciones del Partido Popular está empeñado en ponerla en marcha de nuevo. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), la mayoría de cuyos miembros proceden del PP, está allanando el camino hacia un informe favorable para una nueva licencia a la central. Juega así con una tecnología obsoleta y peligrosa en favor de unos intereses políticos y económicos particulares.

Por ello, el pasado 17 de febrero protestamos ante la sede del CSN por su falta de independencia. Le exigimos que vele realmente por la seguridad nuclear y no por los intereses particulares de políticos y empresas.

El CSN ha desoído incluso a la mayoría del Congreso de los Diputados, órgano del que depende, que el pasado 2 de febrero le remitieron una carta solicitando el aplazamiento de cualquier decisión sobre Garoña hasta que se forme nuevo Gobierno.

No pueden prevalecer los intereses particulares sobre el interés general. No podemos permitir una energía peligrosa y contaminante, que pone en riesgo a millones de personas y grandes zonas de nuestro país por intereses políticos. No podemos hipotecar a las generaciones futuras con residuos radiactivos cuando ya existen fuentes de energía segura y limpia. ¡Nucleares no!