Magazine / diciembre 2015

¿Comes plaguicidas?

© Greenpeace

Cóctel químico en tu mesa

Cuando haces tarta de manzana, la tomas en zumo, la comes al natural o le haces una papilla a tus hijos puede que todas esas opciones lleven un extra no deseado, un ingrediente que no está en la receta: un plaguicida nocivo para el medio ambiente y con consecuencias desconocidas para la salud. Y es que hemos analizado en un laboratorio independiente 126 muestras de manzanas de 11 países europeos y hemos encontrado en todas las convencionales un amplio cóctel químico. Solo en las ecológicas no hemos detectado ningún residuo de plaguicidas.

En las manzanas convencionales de Carrefour y Mercadona se han detectado restos de siete plaguicidas

 

Para nuestro estudio hemos analizado manzanas de producción nacional compradas en 23 supermercados de 11 países europeos y España ha sido el lugar en el que se han detectado las medias más altas de residuos por muestra (4,3), seguido por Bulgaria (4,0) y los Países Bajos (3,4). En nuestro país se recogieron 14 muestras: once convencionales y tres ecológicas. Todas las muestras de manzanas convencionales contenían entre uno y siete plaguicidas. Las muestras fueron compradas en Madrid en los siguientes supermercados: Alcampo (tres muestras, dos convencionales y una ecológica), Carrefour (tres convencionales), E. Leclerc (dos convencionales), Lidl (dos convencionales), Mercadona (dos convencionales), NaturaSi (dos ecológicas y de Km 0). Excepto NaturaSi, solo un supermercado ofrecía manzanas ecológicas de producción nacional (Alcampo) y otro (Carrefour) tenía, pero eran importadas. Las manzanas españolas son las segundas con más número de residuos, en concreto las de Carrefour y Mercadona, con siete plaguicidas.

Por otra parte, en las manzanas de Alcampo se hallaron restos de difenilamina, un plaguicida cuyo uso no está aprobado en la Unión Europea (UE). Este químico se puede utilizar como tratamiento después de la cosecha en países no comunitarios. Por tanto, dado que el nivel hallado fue bajo, es posible que su presencia se deba a una contaminación cruzada mientras se almacenaron o empaquetaron conjuntamente manzanas procedentes de la UE y de otros países.

En global las manzanas analizadas eran, además de España de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Eslovaquia, España, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y Suiza. De ellas, 109 procedían de la producción convencional y 17 eran ecológicas. Se detectaron un total de 39 residuos de plaguicidas diferentes, todos ellos por debajo de los límites permitidos. Ninguna de las muestras ecológicas contenía residuos detectables.

Peligros de los plaguicidas
En ninguna manzana ecológica se encontraron restos químicos

La mitad de los plaguicidas encontrados se sabe que son tóxicos para los organismos acuáticos, como las pulgas de agua y los peces, y para las abejas y otros insectos. Además, es importante recordar que las manzanas tienen una gran dependencia de los polinizadores como las abejas y, en su ausencia, pueden darse pérdidas de producción de hasta un 90%. Los riesgos potenciales para la salud humana no pueden ser descartados por completo ya que hay numerosas lagunas en los datos y muchos plaguicidas presentan propiedades bioacumulativas e impactos sobre la reproducción.

“Los plaguicidas químicos están presentes desde el campo hasta el plato. El cóctel químico que hay en las manzanas analizadas por Greenpeace es solo un ejemplo de lo que puede estar pasando con el resto de alimentos provenientes de la agricultura convencional”, ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace. “Greenpeace insta a los supermercados a que eliminen gradualmente los plaguicidas tóxicos en la producción de frutas y verduras, que apoyen a los agricultores y agricultoras a cambiar al modelo ecológico y que amplíen su oferta de productos ecológicos locales”, ha añadido Ferreirim.

La diversidad de las sustancias encontradas refleja que en el cultivo convencional de manzanas se usa rutinariamente plaguicidas. Teniendo en consideración esto junto con la falta de datos de los posibles impactos de los cócteles químicos en el medio ambiente o en la salud humana, las preocupaciones son significativas. Tampoco es aceptable que los agricultores y agricultoras, esos que nos dan de comer cada día, y sus familias tengan que estar expuestos a la carga tóxica derivada del sistema de agricultura industrial.

Algunos de estos plaguicidas se consideran altamente persistentes y tienen el potencial de bioacumulación. Esto significa que una vez que se liberan en el medio ambiente, se descomponen lentamente y pueden ser absorbidos y acumulados por una variedad de organismos a lo largo de la cadena trófica y provocar un daño generalizado a todo el ecosistema.

La agricultura ecológica garantiza cultivos y alimentos saludables para hoy y mañana, ya que protege el suelo, el agua y el clima promoviendo la biodiversidad. A su vez, no contamina el medio ambiente con agroquímicos ni cultivos transgénicos y tiene un enorme potencial para generar empleo. Por ello desde nuestra organización seguiremos trabajando en fomentarla y estamos reuniéndonos con supermercados para exponerles los resultados de nuestro informe y solicitarles que aumenten o incluyan la oferta de productos ecológicos y estos puedan llenar tu cesta de la compra.

Mónica Ortega Menéndez, responsable de comunicación