Magazine / julio 2014

Una sola voz contra las prospecciones petrolíferas

© Greenpeace/ P. Armestre

Custodiado y acompañado por las más variopintas embarcaciones, desde cruceros de madera hasta pequeñas piraguas, el Rainbow Warrior entra en Ibiza entre pancartas y aplausos. Su inconfundible silueta se aproxima al puerto donde vecinos de la isla se han acercado a darle la bienvenida. Los gritos de apoyo y ánimo se escuchan por toda la bahía. A bordo, un escalofrío de emoción recorre la cubierta por este emotivo recibimiento. La isla se vuelca con el buque insignia de Greenpeace, que ha llegado hasta sus aguas para mostrar el rechazo al proyecto de prospecciones petrolíferas y a apoyar con su presencia a los innumerables colectivos que luchan para que se pare esta peligrosa locura. Para decir, alto y claro: Prospecciones NO, ni aquí ni allí.

Tan solo unas horas antes y unos kilómetros más al norte, una veintena de activistas provenientes del Rainbow Warrior (Guerrero del Arcoíris) desplegaban una barrera anticontaminación de 100 metros de longitud en la linde de la reserva marina de Es Vedrà. Con las primeras luces del día y el imponente fondo de este farallón de casi 400 metros de altura, los activistas enfundados en neoprenos desplegaron sobre las cristalinas aguas letras flotantes para formar “No oil” (“Petróleo NO”). Desde las lanchas de la organización también se podía leer “Prospecciones NO”.

El objetivo de esta acción en alta mar no era otro que simbolizar lo que pasaría si se llevaran a cabo prospecciones de petróleo y se produjera un vertido. Una posibilidad muy real teniendo en cuenta que la plataforma petrolífera está planeada a solo 35 kilómetros de este impresionante entorno declarado reserva marina. Hogar de especies únicas como la lagartija de las pitiusas o aves protegidas como las pardelas y paso habitual de delfines, Es Vedrà es un paraíso protegido como Parque Natural, al igual que punta Papagayo en Lanzarote o Corralejo en Fuerteventura. Como también lo eran la Costa Da Morte o las costas de Luisiana antes de que el crudo tiñese de negro sus costas.

Ya de vuelta en el puerto de Ibiza, familias completas, niños pequeños, personas mayores, visitantes nacionales y extranjeros desafiaron el intenso sol y las largas colas para poder conocer de primera mano el buque insignia de la organización y el motivo que le trajo hasta allí. Durante los días que el Rainbow abrió sus puertas, miles de personas (más de 7.000 entre Valencia, Ibiza y Mallorca) se acercaron hasta él para compartir, de manos de voluntarios de la organización, los secretos e historias de uno de los barcos más famosos del mundo y para conocer la campaña de Greenpeace. Bajo el título de “Prospecciones NO, ni aquí ni allí”, el buque de la organización recorrió nuestras aguas durante una semana para pedir la paralización de los proyectos de extracción de petróleo en aguas profundas en Baleares, golfo de Valencia, Canarias y mar de Alborán. Precisamente en Valencia fue donde comenzó el recorrido del barco, que terminaría en Mallorca unos días después.

Clamor contra las prospecciones

 “Aquí hay un pueblo que no quiere prospecciones, no quiere que la industria del petróleo hipoteque nuestro futuro y no quiere contribuir a la muerte del planeta con el cambio climático”, reclamaban en uno de los numerosos actos que están teniendo lugar contra el proyecto de Repsol de perforar en Lanzarote. “El pueblo canario tiene derecho a decidir qué modelo energético quiere...”. Gritos de “fuera Repsol, fuera plataformas” son coreados por los múltiples asistentes.

Un clamor contra las prospecciones recorre todo el territorio. Pocas veces pueden verse todos los sectores sociales unidos, luchando juntos contra un enemigo común. Empresarios, políticos, ecologistas, científicos, pescadores… Tanta es la oposición, que supone un reto para periodistas, locales y extranjeros, encontrar en cualquiera de los archipiélagos gente que se muestre a favor.

Precisamente el colectivo de pescadores es uno de los que más activos se ha mostrado por el enorme daño que estos proyectos tendrían sobre las pesquerías. “Nos oponemos frontalmente a las prospecciones, ya que ponen en peligro nuestra forma de ganarnos la vida y el futuro de nuestros hijos, que está en el mar. Queremos que se haga justicia. Esta tierra y sus aguas tienen unos recursos privilegiados y no podemos permitirnos que se pierdan por la codicia y la avaricia de unos pocos que se enriquecerían con las prospecciones”, asegura Fernando Gutiérrez, patrón mayor de la Cofradía de El Hierro, Canarias.

Baleares y Canarias, dos archipiélagos diferentes y únicos que comparten la misma amenaza, la misma lucha. En ambos lugares las movilizaciones contrarias a las prospecciones son masivas y la oposición social, total. Sin embargo, aunque existen muchas similitudes, también hay diferencias. En Canarias los planes de Repsol de perforar el lecho marino, que cuentan con el rechazo absoluto de toda la sociedad, incluidos los gobernantes autonómicos, se encuentran en una fase más avanzada, y la reciente sentencia del Tribunal Supremo por la que se desestimaban los siete recursos presentados en contra del proyecto de la petrolera ha supuesto un espaldarazo para el proyecto de la multinacional, que ha recibido 200.000 firmas de ciudadanos de 183 países para que no siga adelante.

A pesar de los obstáculos y reveses, los colectivos implicados seguirán sus reivindicaciones, tal y como aseguraba Albert Fernández de Petroli no-Columbretes netes (Valencia) a bordo del Rainbow: “Todavía tenemos tiempo de parar este sinsentido. Aún es posible que el rechazo masivo haga que el Gobierno entre en razón y se replantee estos peligrosos e innecesarios proyectos. Tenemos que hacer frente conjuntamente a esta amenaza que, de cumplirse, cambiaría sustancialmente la economía y las costumbres de las zonas afectadas”.

Peligrosas e innecesarias

Canarias, Baleares, el Ártico… La veda del petróleo se ha abierto. El ansia insaciable de las compañías petrolíferas no se detiene ante nada. Ecosistemas únicos y fundamentales para todo el planeta como el valioso y frágil Ártico o zonas protegidas como Ibiza y Lanzarote, nada está a salvo de la ambición de multinacionales como Repsol, Cairn Energy, Shell o Gazprom.

Los pozos de petróleo en alta mar suponen enormes riesgos de vertidos, incendios y contaminación. Aunque los impactos no se limitan a la fase de extracción del crudo, las diferentes etapas de la investigación en la búsqueda de hidrocarburos en el mar producen unos impactos ambientales diferentes, desde la contaminación acústica que afecta gravemente a los mamíferos marinos hasta las mareas negras en el litoral. Aunque sin duda la fase más peligrosa es la de extracción del crudo, debido al riesgo continuo de vertidos significativos y de la contaminación sistemática por hidrocarburos en las zonas limítrofes.
Varias décadas de accidentes petroleros en los mares deberían ser suficientes. Estas peligrosas tecnologías ya se han puesto en marcha en países muy desarrollados industrialmente como EE. UU. con resultados catastróficos como el vertido de BP en el golfo de México, el peor accidente de la industria petrolera, que además se produjo en esta la misma fase de exploración que quieren iniciar en Canarias.

Greenpeace (y múltiples y variados sectores de las zonas afectadas) han exigido reiteradamente al Gobierno español y a las petroleras responsables (Repsol y Cairn Energy) que paralicen estos peligrosos e innecesarios proyectos. ¿Por qué? Porque no existe ninguna forma segura de extraer petróleo en aguas profundas, porque conlleva graves consecuencias en sectores como el turismo y la pesca, porque pone en peligro al organismo vivo más grande del mundo (la pradera de Posidonia oceanica) y a más de 19.000 especies de fauna y flora, porque afecta a parques naturales y espacios protegidos y porque amenaza a ballenas, delfines, atún rojo y tortugas, entre otros. Además, en el caso canario, un vertido de crudo provocaría no solo una catástrofe medioambiental, también tendría consecuencias humanitarias, puesto que los habitantes de Lanzarote y Fuerteventura beben agua de mar desalada.

Por si todo lo anterior fuera poco, estos peligrosos proyectos son innecesarios energéticamente hablando. Según los datos de la propia industria del petróleo, los yacimientos del golfo de Valencia, delta del Ebro y golfo de León encontrarían, como mucho, 272 millones de barriles de crudo. Si España consume 1,5 millones al día, la destrucción ambiental de esta valiosa zona, serviría tan solo para extraer el equivalente a medio año de suministro como máximo. En el caso canario, los cálculos más optimistas de Repsol predicen una cobertura del 10% de la demanda energética, una cifra que se podría ahorrar ya con medidas de ahorro y eficiencia energética en el transporte. No haría falta más petróleo, mucho menos en aguas profundas. Greenpeace destaca que España no necesita ese petróleo, ni de ningún otro sitio más. No hacen falta más combustibles fósiles, ni del Ártico, ni de los archipiélagos españoles, que lo que se necesita es un modelo energético sostenible y renovable.

Para la organización ecologista, la solución no es buscar más petróleo sino sustituir los combustibles fósiles por renovables. Además de Greenpeace, los expertos de Naciones Unidas han puesto la línea roja por el calentamiento global e insisten en que para detener el aumento de temperatura es preciso que no se toquen dos tercios de las reservas de hidrocarburos conocidas y que todavía permanecen sin explotar.

Las prospecciones petrolíferas van a causar daños irreparables en lugares que no viven del petróleo, que no lo necesitan y que no lo quieren. Todo por seguir el juego de las grandes empresas y en contra del interés general y del sentir popular. Desde Canarias, Julio Barea, portavoz de Greenpeace, lanza una pregunta: ¿queremos poner todo esto en riesgo por una industria que va a durar unos pocos años y nos va a dejar un legado de contaminación y afecciones inasumibles?

La respuesta es no. Por eso Octavio Pertot, de Eivissa Anti Petrolífera, asegura: “Es imprescindible que las comunidades afectadas nos hagamos fuertes desde la unidad, que involucremos a más y más localidades, a muchas más personas de cada uno de esos lugares, hasta que seamos una sola voz. Una sola, pero tan potente y cargada de razones que nadie deje de escucharla. Una sola voz que expulse para siempre, de nuestros mares y nuestras tierras, a las corporaciones egoístas que no saben ver nada más que su máximo e inmediato beneficio, aunque para lograrlo deban destruir paraísos únicos e irreemplazables”. 

Día de Acción contra las prospecciones
Día de Acción contra las prospecciones

Sábado 28 de junio, playa de Las Teresitas, Canarias. La fina arena ha cambiado su color: ahora es negra, negra petróleo. ¿El motivo? Un vertido de crudo procedente de la plataforma de extracción en alta mar… Afortunadamente, el negro de la orilla fue solo una simulación. Con ella Greenpeace quería alertar de los peligros del proyecto de Repsol en aguas canarias. Ese día se celebró en toda España el Día de Acción Global, con 23 actos de protesta en el que participó, junto con organizaciones y colectivos locales, el voluntariado de Greenpeace. De nuevo, la ciudadanía se movilizó para decirle al Gobierno, a Repsol y a Cairn Energy NO a las prospecciones.

Todos unidos contra las prospecciones
Todos unidos contra las prospecciones  

Como bien apunta el dicho, la unión hace la fuerza. Por ello, los diversos colectivos que trabajan en Baleares, Canarias, Valencia y Cataluña se reunieron para establecer un frente de trabajo común contra todas las prospecciones petrolíferas. Por ello, durante el pasado mes de mayo se produjo en Valencia el primer encuentro estatal contra las prospecciones, organizado por Greenpeace. El segundo encuentro no podía tener mejor marco que a bordo del Rainbow Warrior. Así, el 14 de junio, en Palma de Mallorca, 26 entidades unieron de nuevo sus fuerzas para intercambiar experiencias y proponer y definir actividades y líneas de trabajo conjuntas; entre ellas un tercer encuentro en Canarias, porque, como aseguraron los participantes, “la lucha sigue”.

Marta San Román es responsable de Comunicación en Greenpeace España

Marta San Román es responsable de Comunicación en Greenpeace España. @martasrs

¿Sabías que…

… más de 200.000 personas han pedido a Repsol que abandone sus planes para Canarias?
… las nuevas prospecciones en el Mediterráneo estarían a solo 28 km de Ibiza y pondrían en peligro grandes tesoros como el organismo vivo más grande del mundo, formado por 8 km de Posidonia oceanica?
… Canarias atesora más de 19.000 especies de fauna y flora, de las cuales 5.000 son exclusivas del archipiélago?
… la Albufera de Valencia sería una de las zonas más afectadas en la Península a pesar de ser Parque Natural y tener varias calificaciones medioambientales para su protección?
… en el mar de Alborán afectaría hasta cuatro espacios marinos protegidos por la Directiva Comunitaria de Hábitats?
… las ballenas, los delfines o el atún rojo serían especies que sufrirían directamente las consecuencias de la búsqueda de petróleo?