Magazine / diciembre 2013

Cartas desde la cárcel

Dibujo de Phill Ball, desde la prisión. 6 de noviembre.

Dibujo de Phill Ball, desde la prisión. 6 de noviembre.

© Greenpeace/ Phill Ball

Durante el tiempo que han estado detenidos, los 30 del Ártico han escrito diversas cartas. Desde sus celdas, sus palabras nos trasladan en primera persona cómo han sido estos más de dos meses encarcelados. Las condiciones en prisión, sus preocupaciones y miedos, pero sobre todo, su esperanza, su compromiso y su fuerza. Estas son algunas de sus palabras, escritas desde prisión.

“El momento más difícil fue la primera noche en la cárcel. Ninguno sabía dónde estábamos o en qué condiciones estaríamos, o si íbamos a estar separados. Navegaba solo por lo desconocido. Me llevaron a mi celda con un par de extraños. Daba miedo, como poco”.
Kieron Bryan, 27 de octubre

“He estado alrededor de 12 días solo en una celda. No tengo libros, periódicos, televisión o alguien con quien hablar. En mi caminata diaria también estoy solo. El “patio para hacer ejercicios’ mide 4x5 metros y está rodeado por paredes de cemento y rejas. Encima de estas paredes, un techo impide que entre la luz del sol. La única vez que puedo ver el cielo es a través de la ventana de mi celda, que está en el norte. Esto significa que nunca veo el sol”.
Marco Weber, 8 de octubre

“La vida se limita a una rutina diaria donde la más mínima apertura de la mirilla desde el exterior provoca una onda de excitación desde el interior. Han trasladado a uno de mis compañeros de celda, de 10m2, lo que significa que ya solo queda un fumador empedernido”.
Frank Hewetson, 8 de octubre

“Considerando las circunstancias, creo que estoy bastante bien. Estoy en una celda sucia, aislada del resto. Tampoco veo a ningún otro prisionero ruso, de vez en cuando veo pasar a alguien en el corredor. Otras veces, una rata se arrastra por el suelo de mi celda. He perdido peso y no duermo muy bien, pero todavía camino con la frente alta. (...) Sigo teniendo esperanza, tengo que tenerla, eso me hace seguir adelante”.
Faiza Oulahsen, 18 de octubre

“Me preocupa lo que pasará. A veces siento miedo, pero luego me digo que no hay nada que pueda hacer desde aquí y que no tiene sentido preocuparse. Pero es duro. Mi futuro no puede ser pudrirme en una cárcel de Murnmask. O eso espero. (...) Estar en la cárcel es como morir lentamente. Lo único que quieres es que tu vida pase lo más rápido posible. (...) Me esfuerzo mucho, mucho, en no perder la esperanza”.
Alexandra Harris, 13 de octubre

“Paso mucho tiempo mirando por la ventana cuando el sol brilla, me hace pensar en todos vosotros apoyándonos, me hace feliz y me hace sonreír. Cuando nieva, pienso en el Ártico, en el mar helado, en la increíble naturaleza allá arriba, y esto me da fuerza, hace que todo tenga sentido”.
Sini Saarela, 15 de octubre

“Con mi carta quiero haceros un llamamiento. Os necesitamos. (...) Decidles que este encarcelamiento es injusto e ilegal. Decidles que no somos piratas. (...) Y yo, yo haré mi parte. Permaneceré fuerte y no perderé las esperanzas. Mantendré la fe. Por un mundo mejor”.
Alexandre Paul (Po Paul), 27 de octubre