Magazine / marzo 2012

En los fogones del Rainbow

Diego Guerrero, chef de El Club Allard, en los fogones del Rainbow

Diego Guerrero, chef de El Club Allard, en los fogones del Rainbow

Greenpeace / Pedro Armestre

Qué hace Diego Guerrero, cocinero con dos Estrellas Michelín, junto a un bombero y un informático horneando 42 doradas en la cocina del nuevo Rainbow Warrior...

Cocina del Rainbow Warrior. 15 de diciembre. 21 horas. Cerca de 20 huevos se reparten en platos pequeños. Pero no son huevos. La yema es mango, la clara es coco y la cáscara chocolate. Dos pinches de cocina se afanan en colocarlos lo más rápido posible. Pero no son pinches de cocina. Uno es informático y otro bombero. Son Javier y Antonio enfundados en camisetas de Greenpeace y con delantales blancos. Un “ejército” de camareras hacen fila para servir los platos. Pero, por supuesto, tampoco ninguna es camarera. Son Cata, Ana, Araceli y Pilar, trabajadoras de Greenpeace, convertidas en camareras por una noche. Al frente de todo esto está Diego Guerrero. Y su profesión sí que coincide con su papel en esta cocina: es cocinero. Sin embargo, no es precisamente un cocinero de barco. Diego es uno de los chefs más reconocidos de la actual cocina española. Días antes de embarcarse en el Rainbow Warrior recibía su segunda Estrella Michelín. Sus platos acumulan premios, su fama traspasa fronteras y su rostro aparece en revistas de Nueva York o Alemania. Nos falta hablar de los comensales de esta peculiar cena. Son mecánicos de zodiacs, marineros voluntarios, ingenieros de máquinas, un contramaestre, un capitán, un primer oficial y un segundo oficial... Es la tripulación del Rainbow Warrior. Por una noche han retrasado su hora de cenar para adaptarla a las costumbres españolas y es la primera vez que cenan todos juntos, relajados, sin turnos. Es también la primera vez que alguien les sirve los platos y que se sientan “a mesa puesta”. Las mesas, que normalmente están desnudas, hoy lucen manteles y servilletas de color verde y negro; tienen hasta copas, centros con pan y plantas en el medio.

 

Doradas procedentes de pesca artesanal fueron el plato principal de esta peculiar cena.

La pregunta es obligada: ¿quién ha organizado esta cena en la que nada es lo que parece? Parte de la respuesta podemos encontrarla en uno de los comensales: Ramón. Es un pescador artesanal, miembro de una asociación llamada Adanec que se dedica a fomentar este tipo de pesca. Ramón entregó a Diego Guerrero pocas horas antes de la cena cajas con doradas recién pescadas. Él, junto con otros pescadores de Arenys de Mar, capturaron las doradas con el arte del tramallo, una red con tres mallas que es un tipo de pesca artesanal muy selectivo. La dorada ha sido el plato principal ya que el objetivo de esta cena es reivindicar el consumo responsable de pescado y la pesca sostenible.

 

La segunda pregunta es ¿qué hace un cocinero con dos Estrellas Michelín cocinando en el Rainbow Warrior? Diego Guerrero no es sólo un chef famoso sino, sobre todo, un chef “comprometido”. Este cocinero vasco está convencido de que los grandes cocineros juegan un papel fundamental para concienciar de lo importante que es un consumo responsable. Y como lo cree firmemente lo pone en práctica. En medio de su vorágine del día a día quiso parar, recorrer más de 600 kilómetros y embarcarse en un proyecto apasionante con Greenpeace: hacer la cena en los fogones del nuevo Rainbow Warrior para demostrar que es posible ser sostenible y hacer alta cocina, y, por supuesto, contarlo para que todos tomemos ejemplo. Él está acostumbrado a dirigir un equipo de personas con amplios conocimientos culinarios, una cocina con los últimos artilugios del mercado y recibir exigentes clientes dispuestos a disfrutar de exquisitos platos. Nada de eso se encontró en la pequeña kitchen del Rainbow. Así que tuvo que aplicar una nueva receta: altas dosis de ilusión, entusiasmo y compromiso por el medio ambiente combinadas con un equipo de bomberos, informáticos y demás trabajadores o voluntarios de Greenpeace metidos a ayudantes de chef por una noche. El resultado fue la cena sostenible más peculiar jamás preparada. Un mensaje lanzado desde el nuevo Rainbow: también en nuestra cocina podemos proteger los mares y, en definitiva, proteger nuestro planeta.

Rainbow Warrior III


El recién estrenado Rainbow Warrior visitó Barcelona en diciembre para abrirse a todos aquellos que quisieran "entrar" en el "corazón" de Greenepace. Fue el escenario de conciertos como el de Rebeca Jiménez y Maez, se convirtió en taller de pesca artesanal y en "restaurante" sostenible.