Sueño con que algún día mi hija conozca los océanos sin pesca de arrastre”, estas, así tal cual, fueron las palabras de uno de mis compañeros cuando me contaban todo el trabajo que Greenpeace había hecho durante años para evitar que se destruyeran los océanos. Pensé que era un sueño muy bonito y una gran responsabilidad la que teníamos. Pero nunca pensé que pudiera ser realidad. El pasado jueves la Unión Europea aprobó el Reglamento de Aguas Profundas que prohibirá la pesca de arrastre en aguas Europeas a profundidades mayores de 800 metros.



Los océanos tienen muchos impactos, pero hay uno en especial que es una receta para el desastre: la pesca de arrastre. La pesca de arrastre de profundidad daña y sobreexplota los caladeros, esquilma a su paso, corales de aguas frías, especies que desconocemos, tiburones de profundidad, todo es capturado o destrozado a su paso. Además no es nada eficiente, entre el 20% y el 60% de lo capturado se tira por la borda por no tener valor comercial.

Hace cuatro años, se consiguió poner encima de la mesa “El Reglamento de Aguas Profundas” que pedía una eliminación progresiva de la pesca de arrastre en aguas europeas e internacionales. No es por cabezonería de las ONG, está datado científicamente que este tipo de pesquerías destruyen los fondos marinos, ecosistemas que aún no conocemos, que afectan a especies que tardan mucho en reproducirse y que tienen poca rentabilidad económica.

Tras muchos años de lucha, se ha logrado poner coto a la pesca de arrastre.

Han sido cuatro años, cuatro años que parecen una condena. Cuatro años donde las organizaciones no gubernamentales nos hemos unido más que nunca, hemos luchado, hemos hecho lobby, hemos hecho acciones, hemos analizado datos….La industria por su parte, ha hecho su lobby también, Francia y España liderando el bloqueo. Llegó a un punto donde la flota francesa dejó de bloquear y finalmente solo quedó la española.

La pesca de arrastre de profundidad daña y sobreexplota los caladeros, esquilma a su paso, corales de aguas frías, todo es capturado o destrozado a su paso.

Esta prohibición de la pesca de arrastre a profundidades superiores a 800 metros y el mayor control en profundidades menores permitirá que se puedan mantener los hábitats marinos de profundidad, que son zonas de reproducción de especies pesqueras muy importantes que luego se pueden capturar en otras zonas. Además estas zonas actúan como enormes sumideros de CO2 ayudando así a la lucha contra el cambio climático. Me pregunto, si con este paso hemos hecho un sueño realidad, ¿conseguiremos unos océanos sanos para las generaciones futuras?

No quiero acabar este post sin daros las gracias. Muchas gracias por apoyarnos durante estos años. Muchas gracias por poner tu grano de arena en la protección de los océanos, por luchar para que las próximas generaciones puedan disfrutar de unos océanos llenos de vida.

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