Dejemos fluir nuestra imaginación. Ahora va a llegar el huracán y se lo llevará todo. Va a dejar el golfo de México limpio como si la plataforma de BP nunca hubiera explotado, y no se hubiera vertido tanto crudo como si se hubieran hundido 10 grandes petroleros en los últimos 70 días a pocos kilómetros de la costa de Luisiana...

El delta de Mississippi seguiría lleno de vida y las playas de Florida volverían a ser las de arena más blanca...el petróleo desaparecería  y los dispersantes químicos quedarían definitivamente dispersos sin ejercer ningún efecto tóxico sobre la fauna marina.

Así, la industria petrolera podría seguir con su insaciable lobby en busca de nuevos negocios en aguas cada vez más profundas. Más pozos petrolíferos, más. Más lejos y más profundos...

Pero tan insaciable es este lobby que no hay que llevarlo a un mundo imaginario. La industria del petróleo, incluyendo a BP, ha seguido cada día desde que explotó la Deepwater Horizon pidiendo más. Y sin embargo, ni hemos visto todavía el alcance del vertido, ni sus peores consecuencias, ni tan siquiera el vertido ha dejado de fluir.

Respecto a qué pasará tras el huracán Alex todavía no se sabe. Expertos se debaten entre la dilución del vertido (que no desaparición, eso sería echarle mucha imaginación y optimismo) y las peores consecuencias al desplazarse tierra adentro contaminando más profundamente las playas, marismas y zonas pantanosas. Mientras los expertos dudan, la industria no, ellos siguen queriendo más...

Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace

- Información actualizada sobre el vertido en el Golfo de México.