Primero logramos sacar a Shell de sus aguas. Luego, que Obama y Trudeau lo protegieran. Y entonces llegó Trump.



Trump ha firmado dos órdenes ejecutivas que vuelven a poner en riesgo el Ártico. ¿Y qué significa esto? Que se abre de nuevo la posibilidad de abrir pozos en alta mar para la extracción de gas y petróleo, con el devastador impacto que eso tendría para las personas, la fauna y el clima del Ártico.

Y es que millones de personas en Alaska podrían ver destruido su medio de vida si ocurriese un accidente. Además, el Ártico es hogar de animales tan impresionantes como el oso polar, el búho nival o el narval, y el cambio climático es más evidente en esta región, que se derrite al doble de velocidad que el resto del planeta.



En los últimos cuatro años más de 8 millones de personas os habéis unido al movimiento global para proteger el Ártico de la petrolera Shell, que ha intentado por activa y por pasiva perforarlo en busca de petróleo. Y juntos hemos conseguido que abandonaran sus planes no una, sino ¡dos veces!

Hasta Obama retiró a las petroleras del tablero Ártico en Alaska. Con estos últimos movimientos, Trump invita a sus colegas de la industria petrolera a que vuelvan. Pero se va a chocar de frente con las millones de personas que, como tú, están comprometidas con defender este ecosistema único para la salud del planeta.

Siete años de campaña en los que nos han disparado, nos han encerrado en una cárcel rusa y hemos bloqueado rompehielos durante días no pueden acabar así. ¡Ayúdanos a proteger el Ártico de los negocios de los amigos de Trump!