¿Qué hizo que los Arctic30 acabaran en prisión? Fue una petición de Gazprom exigiendo a las autoridades rusas que interviniesen durante nuestra protesta pacífica, lo que provocó la reacción desproporcionada de las autoridades, que acabó con los 30 del ártico en prisión. Ahora Gazprom puede utilizar su influencia para detener esta detención injustificada y ayudar a liberarlos. Pero ¿qué tiene que ver Shell en esta historia?

Para poder abrir negocio en el Ártico ruso, Gazprom necesita como socio a Shell. Sin su soporte técnico casi todo el Ártico se mantendría fuera del alcance de Gazprom, ya que no cuenta con la tecnología y los conocimientos necesarios para perforar en el Polo Norte. Gazprom  está a punto de firmar un acuerdo multimillonario con Shell para perforar en el Ártico ruso, lo que les convierte en socios. Es esto lo que sitúa a Shell en una posición privilegiada para influir en su socio.

Si Shell quisiera defender la libertad de expresión y ver a los 30 del Ártico puestos en libertad, podría exigirle a su aliada Gazprom esto mismo con una sola una llamada. Pero al permanecer en silencio, es difícil llegar a la conclusión de que Shell esté haciendo algo diferente que no sea anteponer su acuerdo petrolero en el Ártico antes que la liberación de estos presos de conciencia.

Por eso, durante estos días están apareciendo en diferentes gasolineras de Shell por todo el Estado carteles para que la empresa pida la libertad de los activistas del Ártico, a modo de rebelión ciudadana de consumidores exigiendo un posicionamiento a la petrolera.

Shell no es precisamente una empresa modélica, ya que tiene un largo historial de conflictos ambientales y sociales, por ello, ha sido condenada en varias ocasiones. La más reciente es la condena de la justicia holandesa por contaminar el delta del Níger o la denuncia realizada por Amnistía Internacional donde pone al descubierto las falsedades de la empresa sobre los vertidos en el Delta del Níger.

A pesar de este historial, Shell y otras empresas como Gazprom han puesto sus ojos en el petróleo del Ártico.

La propia Agencia Internacional de la Energía advierte, en un reciente informe, que no cree realmente en el petróleo del Ártico, ya que "los costes son altos y los riesgos ambientales considerables”. Sobre todo cuando ya existen fuentes energéticas alternativas, renovables y limpias.

Julio Barea (@juliobarea) campaña de Energía de Greenpeace España