Hoy tenemos un notición que contar y celebrar. Shell ha anunciado que cancela sus operaciones en el Ártico. Un mes después de que comenzase a perforar el fondo marino del Ártico de Alaska, se va. ¡Victoria!  

Shell abandona sus planes de perforación del Ártico.

Después de tanto ruido y tantas pataletas el gigante del petróleo ha tenido que echarse atrás. Dicen que por motivos económicos, que no es de extrañar. Llevan ḿas de 7 mil millones de euros invertidos en su programa del Ártico y no han vendido ni un euro de crudo procedente de esa región. A todas luces, un negocio sin futuro.

Nosotros también hemos puesto millones sobre la mesa, pero no de euros sino de personas. Siete millones de personas que desde que comenzamos la campaña para salvar el Ártico han dicho que quieren protegerlo y crear un Santuario en las aguas internacionales que rodean al polo Norte. Y eso si es una inversión de futuro.

El Ártico es una región con una biodiversidad única, hogar de más de cuatro millones de personas y que además es una pieza fundamental para el clima global. Pero se está deshelando, en los últimos 30 años ha perdido tres cuartas partes del  hielo. Hace una semana alcanzaba el cuarto peor registro de mínimo de hielo de verano.

Pero las empresas petroleras, en su búsqueda de nuevas reservas de petróleo, han puesto sus ojos en el Ártico a medida que va retrocediendo el hielo. A pesar de los riesgos de vertido que implica perforar en esta región con unas condiciones climáticas tan duras.
Sin embargo, si los gobiernos quieren como dicen luchar contra el cambio climático, las reservas del Ártico deben quedarse donde están, tal y como dicen los estudios científicos.

Asi que, que Shell se vaya del Ártico es una gran noticia. Y lanza un mensaje claro a otras empresas con intereses en la región. La extracción de petróleo del Ártico no es rentable, ni para la economía ni para el medio ambiente ni para el clima.

Shell ha apostado a lo grande y perdido también a lo grande, tanto en términos de coste financiero y su reputación pública y no tiene planes de regresar a Alaska. Mientras que la empresa es propietaria de otras licencias en lugares como Groenlandia, estos son aún más difíciles de perforar que el Mar de Chukchi y la probabilidad de perforación de Shell en el corto plazo es cero. Esto significa que, en general, las ambiciones de Shell  en el Ártico, hoy están en el congelador.

Hoy celebramos esta gran noticia y cogemos fuerzas para seguir con la campaña para salvar el Ártico y que sea protegido de forma definitiva de empresas como Shell. Gracias por tu firma, ha merecido la pena este viaje juntos. Pero aún queda un largo camino hasta que logremos trazar una línea roja en el Ártico y se cree ese Santuario con el que soñamos.

¿Qué puedes hacer tú?

- ¡Únete a nuestra petición! Firma y súmate a más de 7 millones de personas que han pedido que se cree un Santuario para proteger el Ártico.

- ¡Hazte socio y ayúdanos a seguir defendiendo el Ártico y logrando más victorias como estas!