La lluvia de este fin de semana ha servido para limpiar algo más que los cielos contaminados de Madrid. También se ha llevado la inacción y la pasividad de unos políticos más preocupados por las próximas elecciones que por cumplir con las leyes. Parece que 10 días soportando altos niveles de gases y partículas nocivas no han sido suficientes para poner en marcha medidas definitivas que solucionen un problema que estamos condenados a padecer a diario.

Las consecuencias de no hacer nada son más que preocupantes. Según el Ministerio de Medio Ambiente, la contaminación atmosférica provoca en España 16.000 muertes prematuras al año, lo que supone más que la mortalidad anual por accidentes de tráfico. El tráfico rodado en las ciudades quema combustibles fósiles y emite gases contaminantes que son perjudiciales para la salud humana y para el medio ambiente. Entre ellos, son especialmente nocivos el monóxido de carbono (CO), los óxidos de nitrógeno (NOx), los hidrocarburos (HC) o compuestos orgánicos volátiles (COV), los aldehídos, dióxido de azufre (SO2), los metales pesados y las partículas en suspensión (PM). Además, el mismo proceso genera grandes cantidades de gases de efecto invernadero como el CO2.

Afortunadamente existen soluciones y alternativas para no tener que vivir en un ambiente urbano contaminado, se llama Movilidad Sostenible.
Pero esta movilidad no se promueve trasladando los puntos de medición de la contaminación a las afueras (como en Madrid) o flexibilizando los límites de velocidad como en Barcelona, sino con medidas permanentes que promocionen el transporte colectivo y los no motorizados frente al predominio del coche privado. Muchas son las alternativas que Ayuntamientos, Comunidades Autónomas (CCAA) y Administración central tienen a su alcance para poner en marcha medidas permanentes para promocionar la movilidad sostenible.

Parece que como siempre lo único que falta, para resolver el problema, es voluntad política para llevar a cabo estas medidas, que por muy impopulares que sean antes de unas elecciones son necesarias si lo que queremos es tener una mejor calidad de vida.

¡Señor@s polític@s, a ver si son conscientes que no es calidad de vida vivir pegados a nuestro vehículo a motor, padecer horas de interminables atascos, respirar gases tóxicos y esperar que el cambio climático cambie radicalmente nuestra forma de vida!

Julio Barea y Sara Pizzinato, campañas de contaminación y transporte de Greenpeace.