Esta mañana desde Greenpeace hemos presentado nuestras alegaciones al plan diseñado por el Ayuntamiento para reducir los niveles de contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre cuyos objetivos se incluye el que estuvimos hace un año proponiendo a los Consistorios españoles para reducir las emisiones causadas por la movilidad urbana de sus municipios: reducirlas a la mitad en 2030 frente a los niveles de 2012.
La incorporación de este objetivo, así como el de fijarse cumplir con los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud para las partículas en suspensión, cuyo valor es el doble de ambicioso que el de la normativa, demuestra que el Ayuntamiento tiene la voluntad de hacer de Madrid una ciudad más sostenible y saludable para las personas que en ella habitamos.
Por esta razón, hacemos en términos generales una valoración positiva del plan: si las medidas que incorpora se concretan y ejecutan, y en particular las más ambiciosas, los niveles de contaminación y las emisiones causadas por los desplazamientos se reducirán significativamente.
Pero su éxito radica precisamente en esto: en que la falta de concreción y planificación de la que adolecen muchas de las medidas, uno de los principales defectos del plan, no lleve a que finalmente nunca se pongan en marcha; un hecho ya demasiado recurrente en los planes aprobados por los Consistorios anteriores. Medidas como el “Rediseño de las vías principales de distribución del tráfico y conexión periferia -centro”, la de “Priorización de la movilidad peatonal” o “Vías preferentes y priorización semafórica para autobuses EMT”, deben a nuestro parecer diseñarse y acometerse cuanto antes, siendo incluso deseable acortar los tiempos estimados en en el plan.
Las alegaciones que hemos presentado se centran especialmente en las medidas englobadas en el programa de “Regeneración Urbana”, en el que se incluyen todas las medidas relacionadas con el impulso de las energías renovables, la reducción y eficiencia en el consumo energético de los edificios e instalaciones de la ciudad. Medidas todas ellas que valoramos positivamente, pero que adolecen en algunos casos de una escasa concreción o de plazos demasiado dilatados en el tiempo. Asimismo el plan incluye una medida para la “reducción de emisiones de la gestión de residuos”, a la que alegamos que lo más pertinente sería establecer un plan de cierre de la incineradora de Valdemingómez.
En las medidas englobadas en el “Programa de movilidad sostenible” hemos subscrito las presentadas por Ecologistas en Acción, a las que también han contribuido la asociación ciclista Pedalibre y la peatonal A Pie, y añadimos cuatro alegaciones específicas dirigidas a clarificar cómo y cuándo se pretenden ejecutar las medidas de movilidad menos detalladas que se incluyen en el plan.
Con estas alegaciones pretendemos mejorar el plan para que sea realmente efectivo y su resultado sea hacer que cumpla con los ambiciosos objetivos que incorpora, haciendo de Madrid una ciudad más sostenible, saludable y respirable. Animamos por tanto al Ayuntamiento a iniciar cuanto antes y con la mayor celeridad posible la ejecución de las medidas, muchas de las cuáles requieren de recursos importantes, una buena planificación e información a la población.