La UE ha levantado la prohibición de alimentar con pienso con proteína de origen animal a las especies de peces de acuicultura. Es decir, a partir de junio de 2013 las granjas de acuicultura podrán dar de comer a sus peces proteína de “animales no rumiantes”, como el cerdo y el pollo. Esto es algo que, aunque pase todos los controles sanitarios, suena cuanto menos, raro.

Los océanos se encuentran sobreexplotados, una frase que no nos cansaremos de repetir, y se deben de tomar medidas orientadas a invertir esta situación y a tener unos océanos repletos de vida.

Sin embargo muchos esfuerzos, y dinero, se van a potenciar la industria de la acuicultura que, salvo en muy contadas ocasiones, es insostenible. Sin haber profundizado en el tema uno podría pensar que la cría de peces en cautividad es la solución a la sobrepesca: “si no hay peces en el mar vamos a criarlos nosotros”. Bien. Pero, dejando en esta ocasión de lado otros impactos como la ocupación de zonas costeras y contaminación de las aguas, esos peces que se crían, como cualquier ser vivo, tienen que comer.

¿Y qué come un pez? Pues excepto unas pocas especies herbívoras, comen otros peces que se transforman en pienso de pescado. ¿Y donde están esos peces para dar de comer a los peces? En el mar.

Ah, pero ¿no habíamos dicho que como cada vez hay menos peces en el mar los estábamos criando? ¿Entonces cómo los vamos a dar de comer? Y ahí está el tema.

Por ejemplo, para engordar un kilo de salmón necesitamos 4-5 kilos de pescado. Para engordar un kilo de atún necesitamos 20-25 kilos de pescado. Para engordar un kilo de dorada o lubina necesitamos de 3 a 4 kilos de pescado. Y así las cuentas no salen. De toda la vida, si para ganar 1 necesitas invertir más de 1 te quedas en números rojos. Y en este caso quienes salen perdiendo son los océanos. Esos peces que se capturan como alimento (lo que vienen a llamarse pequeños pelágicos, como la anchoveta o la sardina) en lugar de alimentar a otras especies en el mar y contribuir a las redes tŕoficas, o incluso para alimentar a las personas en las comunidades costeras que dependen de estos recursos.

Es la cuadratura del círculo, cuando existe una vía más lógica y más duradera para que podamos comer pescado, que es recuperar los stocks de peces salvajes mediante una gestión responsable de los océanos y una pesca sostenible. Y así, si que nos saldrán las cuentas.

Elvira Jiménez (@elvirajn), campaña de Océanos de Greenpeace
Imagen: CEDIDA blogueiros.axena.org