No podemos permitir que vuelva a ocurrir. No queremos que el próximo mes de septiembre las televisiones y los periódicos nos vuelvan a contar que arden las selvas de Borneo y Sumatra, durante semanas, durante meses…..Hay que evitar a toda costa que la historia se repita.  

Las proveedores de aceite de palma son junto a las papeleras los grandes responsables de la deforestación en Indonsesia.

El pasado año, entre los meses de agosto y octubre, las selvas de Indonesia vivieron el mayor desastre ambiental del planeta de 2015. Más de 130.000 focos, detectados desde los satélites, provocaron cientos de miles de incendios en las selvas y turberas de las islas de Sumatra y Borneo, en el hábitat de especies amenazadas como el orangután o el tigre de Sumatra.

Durante semanas, una extensa manta de humo cubrió Indonesia, afectando incluso a países vecinos. La contaminación no sólo impidió la visibilidad, dificultando el tráfico aéreo, sino que afectó a la salud de los ciudadanos, colapsando las urgencias de los hospitales y provocando el cierre de las escuelas. La crisis fue de tal magnitud que las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de estos fuegos superaron el promedio diario de las emisiones procedentes de la economía de Estados Unidos.

Y, como en anteriores ocasiones, fueron la industria del aceite de palma y el sector papelero quienes estuvieron mayoritariamente detrás de la ola de incendios que han devastado las selvas de Indonesia. Y detrás de la demanda internacional de aceite de palma que provoca la expansión de este cultivo están grandes y conocidas marcas del mundo de la alimentación (desde sopas a chocolates, pasando por bollería y conservas), la cosmética (champús, jabones, detergentes) o algunos mal llamados biocarburantes.

El orangután es una de las especies más amenazadas por los incendios y la deforestación en Indonesia.

En una investigación de Greenpeace publicada en noviembre de 2015 propusimos al sector privado la elaboración de un plan de prevención de incendios que pusiera las bases para no repetir otra crisis como la que se vivió de agosto y septiembre de 2015. Este plan incluía la restauración y protección de las turberas ricas en carbono y el cese inmediato de la deforestación. En apoyo de estas demandas, más de 250.000 ciudadanos de todo el mundo pidieron al presidente de Indonesia que no siguiera permitiendo que las industrias papelera y del aceite de palma siguieran quemando los bosques.

Ante la indignación pública, el presidente de Indonesia pidió una moratoria inmediata sobre el desarrollo de las turberas y para la restauración de turberas inmediata por parte de las empresas de plantación. Con este fin, creó un organismo estatal para la restauración de turberas  y se está preparando una nueva legislación sobre estos ecosistemas ricos en carbono. 

Pero no es suficiente, se puede hacer más, hay que seguir presionando.

Las olas de incendios que arrasaron Sumatra y Borneo, amenazan el hábitat de especies amenazadas como el orangután o el tigre de Sumatra.

En especial hay que seguir insistiendo a las grandes multinacionales que consumen aceite de palma, responsables de lo que está pasando (consulta el informe con las marcas -en inglés-). PepsiCo, Colgate-Palmolive y Johnson & Johnson dicen que tienen políticas activas para evitar que el aceite de palma procedente de la deforestación entre en su cadena de suministro.

Pero a pesar de estas declaraciones, el hecho es que nunca antes se había producido un desastre de la magnitud vivida en la crisis incendiaria y climática de 2015. Las políticas del sector privado para conseguir una plena Deforestación Cero no están funcionando. Son necesarios hechos, no palabras, planes con plazos determinados, transparencia y más determinación.

En los últimos años hemos visto grandes avances en la protección de las selvas indonesia. Seguro que muchos recordarán los resultados de algunas de nuestras campañas contra de Unilever en 2008, Nestlé en 2010, Mattel y sus muñecas Barbie en 2011, Asia Pulp and Paper en 2013 o el Banco de Santander en 2015. Son sólo algunos ejemplos, pero muestran el poder de la movilización y el poder de la gente para seguir dando pasos decisivos en los próximos años. El objetivo: acabar con la deforestación.

Hoy comienza una nueva etapa en la que vamos a hacer todo lo posible para el mes de septiembre el fuego no vuelva a ser protagonista en las selvas de Indonesia. ¿Nos ayudas?

¿Cómo puedo ayudar?

Firma la petición y pide a las grandes marcas que no alimenten los incendios en Indonesia.