El Arctic Sunrise es testigo de cómo los arrastreros europeos saquean las aguas de África occidental
El mar está lleno de misterios. Aún sigue siendo un espacio inmenso lleno de rincones por descubrir y de difícil acceso.
Muchas fábulas y leyendas hablan de monstruos imaginarios o de animales reales convertidos en monstruos –caso por ejemplo de Moby Dick o Tiburón– que aterrorizan a los seres humanos.
Pero hay otra clase de monstruos marinos –estos de verdad– que han puesto en jaque la supervivencia de muchos pescadores artesanales africanos y sus comunidades; hablamos de millones de personas. Se trata de una monstruosa flota de arrastreros congeladores pelágicos, la PFA (Pelagic Fishery Association, por su siglas en inglés) que cada día arrasa una y otra vez las aguas de países de África occidental como Mauritania, que ven cómo sus mares se quedan sin peces.
Estos barcos de la PFA, auténticos gigantes flotantes principalmente de capital holandés, pescan en un solo día la cantidad que 56 cayucos tradicionales mauritanos en todo un año, hasta 250 toneladas. Sus redes alcanzan los 600 metros de longitud y pueden permanecer en el mar durante semanas porque procesan su botín abordo.
Millones de africanos dependen de las capturadas de los pescadores locales que, como consecuencia de la sobrepesca de esta flota europea, cada vez es menor. Como resultado, los pescadores locales se ven obligados a adentrarse cada vez más en el mar, con lo que aumente el peligro y los accidentes.
El último informe de Greenpeace, Investigación en el Océano 3: El precio del saqueo: cómo los contribuyentes europeos financian buques arrastreros que arrebatan los recursos pesqueros de las aguas de África occidental, analiza el impacto de esta flota en las aguas mauritanas e investiga los subsidios que han recibido de la Unión Europea.
El informe estima que 142,7 millones de euros del dinero de los contribuyentes europeos se destinó a garantizar los derechos de pesca de los buques de PFA en Mauritania y en aguas de Marruecos entre 2006 y 2012, y que la flota de PFA también recibió 21 millones para aumentar y modernizar sus operaciones de pesca entre 1994 y 2007. Al mismo tiempo que se presenta este informe, el buque de Greenpeace Arctic Sunrise continúa con su tour por aguas de Mauritania para documentar y denunciar como los superarrastreros europeos están acabando con la pesca en África occidental.
Greenpeace hace un llamamiento a los Gobiernos de la UE y al Parlamento Europeo para que en la reforma de la Política Pesquera Común, que termina en el 2012, reduzcan la sobrecapacidad, el desmantelando los buques pesqueros no sostenibles –como estos buques factoría de la PFA– y que se detengan los subsidios destinados a prácticas pesqueras destructivas y no sostenibles, promoviendo en su lugar pesquerías sostenibles, de bajo impacto.
Pablo Chamorro: @supacham
Campaña de Océanos
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