No habiendo pasado ni dos meses desde que se aprobó el Acuerdo climático internacional en París, nuestro Ministro de Industria en funciones presiona a la Comisión Europea para que se alarguen las subvenciones al carbón nacional alegando que “dada la naturaleza aislada de España, la seguridad de suministro es relativamente vulnerable y requiere el abastecimiento interno”.


                   
Mucho me temo que al Sr. Soria se le escapa el dato de que actualmente nos encontramos con un sistema eléctrico colapsado y con una capacidad excedentaria de alrededor el 30%, esto se traduce en un exceso de capacidad de unos 12.000 MW.   
   
            
Actualmente en España, todas las centrales que consumen carbón (tanto nacional como de importación) para generar electricidad tienen una potencia instalada de 11.482 MW por lo que aún prescindiendo absolutamente del carbón para producir energía, la seguridad de suministro no se vería afectada.

Quizá también se le escapa que durante el período 2011 a 2014, las centrales que quemaron carbón autóctono y que estuvieron beneficiadas por el mecanismo de restricción por garantía de suministro (RGS)  percibieron en total aproximadamente unos 4.800 millones de euros y que en el año 2014, la producción de energía eléctrica con carbón en el sistema peninsular, ascendió un 13% con respecto a la producción en 2013 y en 2015 siguió ascendiendo. De hecho, durante 2014 España fue el único país de la UE que aumentó su producción de energía con carbón.

Teniendo en cuenta que el carbón (del que podríamos prescindir perfectamente dada la sobrecapacidad) es la fuente de energía más ineficiente y con mayor impacto negativo sobre la salud y el cambio climático, instamos al Ministro de Industria en funciones a que deje de buscar nuevas subvenciones y luchar para mantener el uso del carbón en España, porque lo que necesitamos es un plan para la transformación justa del sector de la minería del carbón nacional de una forma que sea inclusiva y transparente y dirigida a garantizar empleos sostenibles, estableciendo los fondos y marcos legales necesarios tanto a nivel europeo como nacional.

Llevamos desde el pasado 20 de diciembre escuchando cada día las idas y venidas para un pacto de gobierno que no llega y que en ningún caso da prioridad al medio ambiente. Desde Greenpeace os recordamos a todos aquellos candidatos que llevan meses luchando por conseguir un puesto en el Gobierno que con el planeta no se negocia y que deberíamos haber llegado ya a un nivel de conciencia y respeto para que todas las políticas tengan en sus raíces el cuidado por el medio ambiente y la paz.

Y les recordamos que para garantizar el cumplimiento del Acuerdo de París y mantener el aumento de las temperaturas por debajo del 1,5ºC necesitamos políticas de cambio, valientes y firmes que acaben con las subveciones a los combustibles fósiles y transformen el modelo energético hacia uno basado sólo en energías renovables para el año 2050.