Esta semana se ha inaugurado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid la exposición “Principio Potosí” que podrá visitarse hasta el 6 de septiembre. En ella artistas de siete países (China, Austria, España, Bélgica, Chile, Alemania, Argentina y Bolivia) tratan de poner de manifiesto a través del arte cómo las élites de la globalización tienen conexiones y paralelismos con la función ideológica de la pintura colonial.

En este contexto, de nuevo colonialismo, el artista onubense Isaías Griñolo nos muestra el desastre ambiental, social y sanitario que vive el entorno de la ciudad de Huelva. El polo químico, la agricultura industrial y especialmente los vertidos de fosfoyesos de Fertiberia son el reflejo de como las grandes corporaciones, con la permisividad de las Administraciones, actúan como nuevos colonizadores. A través de fotos, documentos, mapas y un magnífico material audiovisual nos permite viajar por el entorno de Huelva conociendo de mano de sus gentes el drama que se vive en la zona.

El caso de Fertiberia es especialmente sangrante. Esta empresa lleva más de cuatro décadas degradando sanitaria y ambientalmente Huelva y su entorno. El problema creado en la zona ha sido denominado por el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo como el caso más grave de contaminación industrial de Europa. Los residuos industriales (tóxicos y radiactivos) depositados en las marismas del río Tinto ocupan actualmente 1.200 hectáreas a escasos 500 metros de las viviendas de la ciudad (120 millones de toneladas).

Fertiberia lleva años sorteando sentencias judiciales y eludiendo el cumplimiento de las leyes que le obligan a abandonar los terrenos de Dominio Público Marítino Terrestre que usa para verter sus residuos. La Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino han permitido que esta empresa opere con una Autorización Ambiental Integrada concedida irregularmente y que en estos momentos esta en proceso judicial.

El último movimiento de Fertiberia se ha producido dos horas antes de la inauguración de esta exposición en Madrid. La empresa a través de un Burofax insta a retirar toda referencia que recoja su nombre, de lo contrario ¡...! Una prueba más que como los conquistadores campan a sus anchas en nuestros días. Por eso, y antes de que la censura oculte la verdad, invitamos a todos el mundo a visitar en el Reina Sofía y ver esta espléndida muestra “Principio Potosí” para conocer la realidad de una ciudad acosa también por la contaminación “social”.

Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace