Hoy hemos vuelto a un escenario muy conocido, la Plaza de Las Cortes de Madrid, desde donde mejor se puede observar la fachada principal, el frontispicio de este edificio decimonónico de estilo neoclásico. Este lugar es donde se toman las decisiones cruciales para la gente, decisiones a veces tan difíciles de entender y con un aire tan vetusto como las palabras frontispicio, deminónico y neoclásico.

Una activista dice No a la Ley Antiprotesta frente al Congreso de los Diputados

Y a pesar del aire solemne del lugar, aquí es donde los ciudadanos queremos que nos escuchen.

Si hace más de año denunciamos, desde el tejado del Congreso, que la Ley de Costas privatiza el domínio público marítimo-terrestre, y hace unos meses los leones Daoiz y Velarde nos sorprendían poniéndose una mordaza en protesta por la Ley de Seguridad Ciudadana, hoy hemos vuelto a lugar donde reside la soberanía popular para decir que esta ley, la Ley Mordaza, goza ya del rechazo mayoritario de la sociedad. Rechazo mayoritario, con la excepción de los miembros, aunque quizás no todos, del Partido Popular.

Y volvemos al edificio del Congreso porque, entre otras cosas, el actual proyecto de Ley sanciona las manifestaciones ante el Congreso, el Senado y las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas, en el caso de que estas no hayan sido notificadas y cumplan con los requisitos de la Ley Orgánica de Libertad de Reunión. Organizaciones como Amnistía Internacional ya han expresado su preocupación ante el hecho de que en España no se contemple la posibilidad de la celebración de manifestaciones o reuniones espontáneas, especialmente en aquellos casos en que éstas son respuesta a un evento desencadenante y donde el organizador (en el caso que lo hubiese) no tuviera posibilidad de notificar con antelación.
          
Resulta decimonónico y neoclásico que este proyecto de Ley amplíe los poderes de las fuerzas y cuerpos de seguridad, o que tipifique sanciones que no son otra cosa que nuevas formas de protesta, una expresión que son un termómetro de las preocupaciones ciudadanas, afectando así al ejercicio de derechos como la libertad de reunión pacífica, expresión e información. Y tenemos muchas más razones para rechazar este proyecto de Ley.

Ayer nos contaba un diputado vasco que no recordaba en esta legislatura un proyecto de ley con 9 enmiendas a la totalidad, una iniciativa parlamentaria con tal grado de rechazo. Por eso, previamente a la votación, la Plataforma No Somos Delito ha convocado un acto para expresar que además del rechazo de los grupos políticos existe una Enmienda a la Totalidad de la Ciudadanía. En este acto celebrado en las puertas del Congreso hemos leído un manifiesto que pide la retirada de este proyecto.

Pero hacía falta también un poco de color y de frescura en la Plaza de Las Cortes (descubre el vídeo con la protesta frente al Congreso).

 

Una gran pancarta amarilla que diga alto y claro el clamor de la calle que tiene que oírse también en el pleno que hoy jueves se va a celebrar. Que las discusiones y votaciones a las enmiendas a la totalidad a la Ley de Seguridad Ciudadana se empapen del “No a la Ley Mordaza” que toda la sociedad civil está reclamando fuera del Congreso.

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