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Playa de Benidorm

Podríamos decir desde Greenpeace que observamos con estupor la entrevista publicada ayer en su diario al Secretario General del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, sobre la aplicación de la Ley de Costas. Pero estupor es sinónimo de asombro y, desgraciadamente, ya nada sorprende en materia de gestión y protección de la costa y en “negociaciones de la aplicación de una ley”, como afirma el Secretario. No es la primera vez, en año y medio de gobierno, que denunciamos el retroceso histórico en la protección del dominio público marítimo terrestre.

Tras este tiempo de rebajas a la normativa, de paralización de expropiaciones y dobles raseros, desgraciadamente no nos sorprenden las respuestas dadas por el Secretario. El ejemplo más visible de la política actual del Ministerio de Medio Ambiente es que El Algarrobico sigue en pie. No sirven las excusas cuando prometieron derribarlo la pasada legislatura.

Si tenemos en cuenta que desde hace 20 años se ha ignorado la Ley de Costas y se ha construido hasta la saciedad, lo que ha dejado un legado de hasta el 70% de las promociones de segundas residencias sin vender en algunas provincias de Levante y una naturaleza devastada, no llama la atención que en esta entrevista el Sr. Martín Fragueiro afirme que “no pueden ignorar la crisis”. Lo que sí sorprende, sin embargo, es la afirmación de “primar las actuaciones que generen ingresos a los empresarios más que un programa de adquisición de fincas para preservarlas”, ya que es una clara declaración pública de dejación de funciones.

Lo que debe primar en sus tareas, Sr. Fragueiro, es la defensa del medio ambiente, no los intereses de unos pocos particulares. Así lo dice la Constitución.

Pilar Marcos,  campaña de Costas de Greenpeace