Acabo de volver de una reunión en Naciones Unidas en Nueva York y traigo noticias  emocionantes. La ONU acaba de dar un paso adelante hacia un nuevo Tratado que proteja la vida marina en alta mar. Esta “alta mar” son las aguas internacionales que no pertenecen a ninguna nación, sino que es responsabilidad de todos los países su conservación. Esto puede ser difícil de entender pero para quienes hemos estado en las negociaciones y seguimos este tema de cerca, las implicaciones son enormes.


Delfines comunes nadando en el mar de Alboran, 2017

Un paso importante para la protección de la mitad de la superficie de nuestro planeta.

Con el consenso necesario para tomar medidas, el siguiente paso es desarrollar este nuevo Tratado que proteja la vida marina en las aguas internacionales, aguas que cubren dos tercios de los mares y océanos de nuestro planeta. Un acuerdo importante que es necesario lograr.

“La verdad es que el mar tiene una relación especial con todos nosotros. Nos mantiene vivos. Pero esta relacion está hoy amenzada como nunca antes”, declaró el Secretario General de la ONU, Guterres, a principios de junio, al presentar la Conferencia de la ONU sobre los Océanos. Una Conferencia que fue fundamental para construir la resolución que hoy celebramos.

Ha sido muy inspirador ver a alguno de los países más pobres -desde el Pacífico hasta África, América Latina y el Caribe-, cuyos modelos de vida, las personas y su propia existencia están amenazadas por la degradación de los océanos, empujar por una resolución y oponerse a un puñado de naciones ricas que quieren beneficiarse del actual vacío legal para perseguir sus intereses a corto plazo. Estos países más pobres han estado apoyados por la Unión Europea, Australia, Nueva Zelanda e incluso por países que antes eran excépticos como Noruega o Canadá. Los “David” del océano han estado luchando hasta el final contra estos pocos goliats. Y han ganado.


Activistas sostienen una pancarta que dice “¡ONU actúa ya!, mar de Alborán 2017

Estando entre las delegadas en la reunión de Nueva York, podría sentir los ojos del mundo en este proceso, especialmente a través de los jóvenes que en las redes sociales enviábais mensajes de esperanza y que pedíais una acción urgente para la protección del océano y la creación de #OceanSanctuaries. Entregamos muchos mensajes directamente a estos gobiernos, como un recordatorio de lo que significa: proteger nuestro frágil planeta azul para las generaciones presentes y futuras. Y nos han escuchado.
 
Ahora toca cerrar este “Año de los Océanos” con el lanzamiento en la ONU de las negociaciones para un nuevo Tratado de los Océanos en 2018.

Las evidencias científicas son claras y tenemos que actuar urgentemente. Pero después de esta semana vemos que el poder de la gente sirve para algo y que con vuestro apoyo contínuo podemos ganar.


Veronica Frank es Asesora Política de Greenpeace International