Como las buenas noticias suelen interesar menos a los medios, conviene insistir en destacar esta: La energía solar bate por segundo mes consecutivo su récord de cobertura. Las energías solar fotovoltaica y termosolar han superado todos los registros obtenidos hasta el momento en España. La electricidad de origen solar cubrió en mayo el 4,5% de la demanda nacional. El anterior récord se había producido el mes anterior, en abril, con el 4,2 %. El anterior fue en junio de 2010, con un 4%.

Esta buena noticia confirma que el milagro de la energía eólica no viene solo. Que cuando una energía renovable cuenta con el apoyo clave en su etapa de arranque, responde creciendo con rapidez, aportando energía limpia, empleo y reducción de costes.

Si siguiéramos así, el 50% de la electricidad en España podría ser renovable en 2020, etapa clave en el camino hacia un sistema 100% renovable como el que Greenpeace demostró que es viable (y que ayer mismo la Secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, dijo durante su intervención en la Convención Eólica que ese es el objetivo que Europa debe alcanzar para 2050 para lograr hacer su papel en la lucha contra el cambio climático, que es reducir a cero las emisiones para esa fecha). Bastaría con no poner obstáculos en el camino de las energías renovables, como manda la Directiva europea de Renovables y como ha recordado el reciente informe del IPCC.

Los objetivos y los instrumentos para recorrer ese camino los veremos en el nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020 (PER). Ese plan se está dando a conocer por parte del Gobierno, en forma todavía de un “avance” informal. Y llama mucho la atención que los objetivos que propone supondrían que las renovables dejasen de crecer, como muy bien ha explicado la Fundación Renovables.

Para la energía solar fotovoltaica, el PER propone que en 2020 haya en España 7.250 MW, una potencia similar a la que la “soleada” Alemania ha instalado en un solo año. Un raquítico crecimiento si tenemos en cuenta que más de la mitad de esa potencia ya la tenemos instalada, y que queda bien lejos de lo que el sector fotovoltaico dijo en su día que sería capaz de hacer para 2020: 20.000 MW.

Para la solar termoeléctrica, la única tecnología renovable en la que aún somos líderes mundiales, se prevén solo 4.800 MW, cuando este sector también había dicho que sería capaz de hacer 20.000 MW para 2020.

Y así podríamos seguir con cada una de las renovables. Lo peor no es el abismo que separan los objetivos de este plan respecto a lo que se podría hacer y a lo que se necesita, sino que ni siquiera recoge lo que el mismo Gobierno escribió en los borradores que le precedieron, entre los que se incluye el plan oficial que se mandó a Bruselas hace un año, y del que este PER debería ser un calco. Esto decía el Gobierno en diciembre de 2009: España prevé que en 2020 la participación de las renovables en nuestro país será del 22,7% sobre la energía final y un 42,3% de la generación eléctrica. Pero en poco más de un año, los objetivos planteados por el Gobierno se han rebajado a un 20,8% y un 38,1%, respectivamente.

Ese frenazo a las renovables “coincide” con los insistentes llamamientos de los presidentes de las eléctricas españolas. Esas grandes empresas que les gusta lucir “verde” en su imagen, pero que están en guerra declarada contra toda fuente de energía que no produzcan ellas mismas. La cuestión es, ¿qué intereses defiende este Gobierno? La respuesta la tendremos cuando se publique el PER definitivo. Ahí se comprobará si la energía solar será cada vez más visible o será confinada para que no moleste.

Jose Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio climático y energía limpia de Greenpeace