Esta mañana hemos llegado a lo más alto de las Torres Kio de Madrid para desplegar, entre los dos edificios, una pancarta gigante pidiendo la protección del Ártico. Señalamos a Shell como una compañía cuya ambición sin límites pone en peligro la conservación de este lugar único y frágil y de sus ecosistemas. Mientras otros activistas portaban pancartas de mano con el mensaje “Salva el Ártico”.



Se trata de la acción más grande de la historia de la organización ecologista. Bueno, se trata de la acción más grande de la organización y la más pequeña al mismo tiempo. Son activistas de Greenpeace que recreados en minifiguras de Lego quieren dejar muy claro que Shell no es un buen compañero de juego.



Y es que Lego tiene un acuerdo con Shell. Lego hace juguetes con la marca Shell impresa y Shell los vende en sus gasolineras. De esta forma Lego gana dinero y Shell la buena disposición hacia su marca de todos los niños y niñas que adoran sus juguetes. Shell entra en el cuarto de juegos y Lego les deja, anteponiendo beneficios al medio ambiente y al futuro de los niños y niñas que juegan con sus juguetes.



Lego tiene que dar de lado a Shell porque Shell no es un compañero de juego apropiado para Lego. No nos gusta. La rebelión está servida. Desde Chile a Seúl, pasando por Londres y Washington. Protestas y más protestas llenan las calles para pedir a la marca juguetera que no acepte las reglas del juego de Shell cuando las futuras generaciones tienen tanto que perder por los peligrosos planes de la petrolera.



Si a tí también te gusta LEGO, si te gusta el Ártico y quieres que se conserve para las futuras generaciones, esta es tu protesta, ¡únete!

¿Qué puedes hacer tú?
- Dile a LEGO que Shell juega sucio, que rompa sus vínculos con Shell
- Informe: No más juegos con Shell