Iberogreen es un ideal de empresa que no puede existir, porque alguien no quiere que se hagan realidad los cambios necesarios en la legislación que permitirían la existencia de actividades como la de Iberogreen a gran escala. Ese “alguien” es Iberdrola.

¿Por qué Iberdrola? Puede resultar sorprendente que una de las grandes empresas energéticas con más porcentaje de renovables (casi exclusivamente eólica) y cuya publicidad habla, sin parar, de energía verde sea quien no permite que exista una empresa como Iberogreen, pero es así. Y es así, porque el avance de las renovables afecta a sus intereses económicos más ligados con las energías sucias.

Como muestra el informe  “Iberdrola: empresa enemiga de las renovables”, el principal negocio de Iberdrola es el gas, el uranio y el carbón, no las energías renovables. De 2005 a 2012, tanto fuera como dentro de España, Iberdrola produjo con renovables solo el 14,99% de su electricidad; el resto, un 85,01%, lo hizo con tecnologías convencionales.

El informe desglosa los datos de producción, sus beneficios y demuestra cómo el avance de las renovables está perjudicando las enormes inversiones que en su día hizo esta empresa en centrales térmicas de gas. Esta es la razón por la que Iberdrola emprendió una campaña de descalificación a las renovables, a las que acusa de ser responsables del déficit de tarifa y de la supuesta ruina económica de su empresa por esta causa. Sin embargo en los años en los que se ha estado produciendo el déficit, Iberdrola ha obtenido unos beneficios de 23.731 millones de euros.

Para defender sus intereses Iberdrola usa todo su poder para influir en políticos y empresarios que luego fichan en su empresa. En sus filas la empresa cuenta con: Ángel Acebes (ex ministro de Administraciones Públicas, Justicia e Interior con el PP), Georgina Kessel (ex secretaria de Estado de Energía en México), Fernando Becker (ex consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León en la época de Aznar) o Manuel Marín (ex presidente del Congreso de los Diputados con el PSOE).

Su capacidad de influir queda reflejada en legislación a favor de sus intereses en energías sucias y en contra de las renovables. Por ejemplo: los pagos a las centrales térmicas por capacidad y disponibilidad, los derechos de emisiones concedidos gratuitamente a las térmicas (por valor de 1.689 M€ en 2011) o las normativas que establecen una moratoria a las energías renovables, que reducen retroactivamente los ingresos de quienes invirtieron en renovables o que expulsan a las renovables del mercado. El ejemplo más reciente ha sido el trato de favor a su central nuclear de Garoña para que pueda permanecer sin desmantelar a pesar de haber sobrepasado todos los plazos legales.

España necesita otro modelo energético por cuestiones ambientales, económicas y de empleo.

Si Iberdrola no quiere invertir más en renovables en España, está en su derecho, pero no se puede permitir que cierre el camino al esfuerzo de aquellos que quieren  que España recupere el liderazgo que tuvo.

Iberdrola tiene que reconocer que el futuro solo puede ser 100% renovable y, en consecuencia, abandonar sus inversiones en energías sucias, dentro y fuera de España y volver a invertir a gran escala en generación renovable.

Por eso Greenpeace exige a Iberdrola que detenga ya su campaña de ataque a las energías renovables y deje de presionar al Gobierno para someter la política energética a sus intereses.  

Mientras no lo haga, denunciaremos su responsabilidad como enemigo de las renovables.

Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España

- Web Iberogreen

- Post 28/05/2013: ¿Qué ofrece Iberogreen, la empresa que no puede existir?
- Post 27/05/2013: Iberogreen, la empresa que no puede existir