En 1982 en el mundo aún se cazaban ballenas con fines comerciales. Para que no pienses que hablo del pleistoceno, en el 82 era cuando aquí hablábamos del mundial de fútbol con una mascota que era una naranja, “Naranjito”. Ese año murió Grace Kelly y empezamos a bailar con el Thriller de Michael Jackson. No hace tanto se cazaban ballenas.



Ese año volvimos a ponernos entre el arpón y en 1982 los países que forman parte de la Comisión Ballenera Internacional (por sus siglas CBI), dijeron sí a la moratoria de la caza de ballenas, que entraría en vigor en 1986, y a un Santuario en la Antártida.

Las ballenas son importantes. No sólo porque son animales emblemáticos e impresionantes que te cortan la respiración al verlos, sino porque son vitales para los ecosistemas marinos. Tener unos océanos llenos de vida y proteger las ballenas van de la mano. Pero hoy en día, a pesar de que la caza a penas ocurre, las ballenas siguen amenazadas. Una combinación de amenazas de origen humano pone cada vez más a las ballenas en peligro. El cambio climático, la contaminación, la pérdida de hábitat, y la sobrepesca son enormes peligros para las ballenas y en definitiva para los océanos. Greenpeace lucha contra todos estos impactos a nivel mundial.

Pero tenemos la oportunidad de hacer historia de nuevo. ¿Te imaginas que dentro de 34 años puedas decir: “¡Yo protegí a las ballenas!”? La creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur se propuso en 1998, con el fin de garantizar la recuperación de las poblaciones de ballenas en la región. Un santuario que abarca desde la línea del ecuador hasta el Santuario Antártico. Este año, la propuesta de un santuario de ballenas del Atlántico Sur ha sido actualizada para incluir un plan de gestión basado en las recomendaciones del Comité Científico de la CBI. Un grupo de países formado por Brasil, Argentina, Uruguay, Sudáfrica y Gabón pedirán y someterán esta propuesta en la siguiente reunión de la CBI en octubre en Eslovenia.

En el siglo XX murieron casi 3 millones de ballenas. El 71% fueron cazadas en el hemisferio sur. El Santuario del Atlántico Sur protegerá al menos a 51 especies de ballenas y delfines. En esta zona la caza estará prohibida y sólo se permitirá la investigación y el turismo sostenible.

Cuando fue lanzada la propuesta obtuvo un apoyo constante y creciente y se acercó  al 75% de los votos necesarios para su aprobación. Este año el reto es lograr la adhesión de los países que aún no se han posicionado a favor, como Antigua y Barbuda, Camboya, Costa de Marfil, Ghana, Granada, Guinea, Kiribati, Laos, Islas Marshall, Mongolia, Marruecos, Nauru, Nicaragua, Palaos, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Tanzania y Tuvalu. Para la mayoría de estos países, las ballenas han sido fuente de ingresos simplemente por aceptar la invitación hecha por Japón para asistir a las reuniones de la CBI y votar en contra de su protección. Greenpeace destapó en el pasado sucesivos escándalos de corrupción en este sentido.

Un santuario es posible, tu firma y la de miles de personas alrededor del mundo, pueden hacer historia y proteger a las ballenas. Ya se ha conseguido en otras ocasiones. La CBI ya ha adoptado tres santuarios. Dos de ellos siguen en vigor: el Santuario del Océano Índico y el Océano Antártico.

Firma aquí para conseguir un Santuario de Ballenas en el Atlántico Sur