La fiebre del “Gangnam” ha recorrido el mundo. Ni siquiera el Rainbow Warrior ha sido capaz de escapar a la locura. Mientras navegaba por el Océano Índico, trabajando para documentar y denunciar las prácticas de pesca insostenibles e ilegales, la tripulación decidió crear una parodia del vídeo.

Estábamos navegado por la costa de Mozambique, ayudando a los inspectores de pesca a controlar las aguas del país contra la pesca ilegal. Tras haber estado en el mar durante tres semanas, no sabíamos nada del video "Gangnam style". Luego supimos cuán popular había sido en Youtube y un voluntario coreano a bordo nos ayudó a traducir la letra.

Entonces, pensamos que hacer nuestra propia versión del “Gangnam” sería una buena manera de llegar a mucha gente y difundir el mensaje de la campaña Océanos.

¿Por qué más personas deberían preocuparse por los océanos?
La triste realidad es que los océanos del mundo necesitan atención urgente, y queremos que la gente hable más sobre cómo la sobrepesca está paralizando los ecosistemas oceánicos. Las capturas de atún en el Océano Índico alcanzaron su punto máximo en 2006, y el aleteo de tiburón o finning (la práctica pesquera que consiste en pescar tiburones, cortarles sus aletas con fines comerciales y tirar el tiburón aún vivo al mar, donde inevitablemente morirá por asfixia al no poder nadar) está ocurriendo a un ritmo insostenible.

A menos que se mejore la gestión de la pesca, y se controle la pesca ilegal, muchas especies de atún y tiburón seguirán disminuyendo, dejando a algunas de las comunidades más pobres y vulnerables del mundo sin medios de vida ni alimentos.

La idea, entonces, fue subirse a la ola del estilo “Gangnam”, utilizándolo para difundir el mensaje sobre la necesidad de defender nuestros océanos. Lo que siguió fue una serie de hilarantes sesiones de baile en grupo, en nuestro tiempo de descanso.



Aficionados durante los tiempos libres

Durante el día buscábamos e inspeccionábamos buques pesqueros, ejecutando la campaña y documentando lo encontrado, además de cumplir con las tareas de ayuda a la tripulación, como limpieza, ayudar en la cocina, etc..., pero después de la cena y los domingos (el día de descanso), el Rainbow Warrior se transformaba por completo.

Imaginaos a un grupo de veinte persona: cocineros, ayudantes de cubierta, ingenieros y voluntarios haciendo grandes esfuerzos para bailar de una manera vagamente coordinada, ¡en un barco que se negaba a dejar de balancearse! Poner la cámara, alinear filas, y luego simplemente esforzarse para seguir el ritmo y llevar la cuenta.

Al final de nuestro rodaje casi todos los miembros de la tripulación se habían involucrado en una u otra escena. Nuestra versión del “Gangnam” es sin duda la versión más multinacional y multicultural realizada hasta la fecha.
 
Procurar planos rectos requirió mucha práctica, pero incluso después de hacer la misma toma una y otra vez todos coincidimos en que si hacer el “Gangnam" sirve para hacer llegar nuestro mensaje a más gente, entonces valió la pena el esfuerzo.

¡Esperamos que te guste y te unas a la campaña por una pesca sostenible! Firma aquí

Mike Baillie, de Greenpeace África, a bordo del Rainbow Warrior