Asturias se puede sentir orgullosa de haberle ganado el pulso al ladrillo en la época en que constructoras y planes urbanísticos rondaban a playas y alcaldes para hacerse un hueco con megaproyectos hoteleros en primera línea de playa. El Principado, con sólo un 9% de costa ocupada en los primeros 500 metros, se ha ganado con valentía ocupar el primer puesto en el ranking de las comunidades autónomas con menos costa destruida. Sin embargo, municipios como Llanes, con un aumento de ocupación del 79%, muestran la cara más destructiva de las políticas de urbanización de la costa asturiana.

Otras comunidades autónomas no se deben sentir tan orgullosas estos días. La Comunidad Valenciana, con más de la mitad de su litoral ya devorado, cuenta con tres de sus municipios en el deshonroso top ten de la destrucción: Calpe, con zonas de gran valor ecológico urbanizadas; Oliva, con casi la mitad de su franja ya ocupada y amnistiada por la nueva ley de costas; y Oropesa, vieja conocida por albergar uno de las mayores aberraciones que nos ha dejado la burbuja inmobiliaria: el complejo hotelero Marina d’Or.

Andalucía, tercera en el podium de la destrucción, con un 36% de costa ocupada, aporta dos de sus municipios al top ten: Chiclana de la Frontera, con 40.000 viviendas ilegales y un plan urbanístico anulado por la justicia por supuestas ilegalidades y Vera, en Almería, con tres cuartas partes de su franja litoral ya urbanizada.

Islas Baleares, con casi una cuarta parte de costa enladrillada, contribuye con dos municipios al top ten: Calvià, con el título de tercer municipio del Estado en cuanto a superficie artificial, y Sant Josep de sa Talaia, que a pesar de contar con parte de su costa “protegida” por la Red Natura 2000, alberga salinas que están a punto de pasar a manos privadas con la aplicación de la nueva Ley de Costas.

No nos olvidamos de Ziérbena, en Euskadi, donde marismas y zonas de importante valor natural en este municipio y el vecino Muskiz, han sido sustituidas por la la famosa refinería de Petronor, contra la que tanto se han movilizado vecinos y organizaciones ecologistas. Por si esto fuera poco, se le añaden los continuos dragados de la playa de la Arena y los nuevos planes urbanísticos que planean sobre ella.

Y completan el top ten: San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria, que alberga el primer destino mundial en la oferta de apartamentos y bungalows (hablamos de Maspalomas), y Cubelles, en Barcelona, donde, lo que antes eran playas, hoy en día se han transformado en espigones, vías de tren y paseos donde la arena ha dado paso al duro hormigón.

Son datos para pensar, para decidir si queremos que nuestro municipio siga engrosando la lista de la aniquilación costera, o si preferimos promover un modelo de turismo y desarrollo que proteja y valore las playas, tal como eran.


Equipo de la Campaña de Costas de Greenpeace

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Más información:
- Web:
Destrucción a toda costa 2013
- Informe: Destrucción a toda costa 2013
- Ilustraciones: costas 2013
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