Casi sin darnos cuenta ya hemos pasado una semana más a bordo del Esperanza. En este tiempo no hemos parado de trabajar y navegar en busca de las últimas imágenes del fondo marino. Tras varias grabaciones con los dos tipos de cámaras que estamos usando, conseguimos encontrar, de nuevo, lo que nos parece una especie de coral blando azul/violeta que tal vez no haya sido identificada antes. Conseguimos buenas imágenes y vídeos que analizaremos junto con científicos especialistas para saber de qué especie se trata.

El jueves pasamos por la isla Moffen que es una Reserva Natural donde habitan colonias de morsas todo el año y pudimos ver desde el barco con los prismáticos decenas de morsas descansado sobre la playa. Continuamos navegando hasta llegar a Liefdefjorden donde pasamos 3 noches en ancla. Llegar hasta aquí nos permitió observar los paisajes más bonitos de toda la expedición y gran variedad de fauna. Estábamos rodeados de majestuosos glaciares, altas montañas y grandes icebergs que  navegaban a la deriva al lado del Esperanza.

Uno de los días lanzamos los botes y vimos una veintena de belugas que pasaba a pocos metros de nosotros, completamente blancas de unos 4 metros y absolutamente preciosas. Seguimos nuestro recorrido por el fiordo y tuvimos la oportunidad de contar hasta 6 osos polares en distintas playas. Uno comía una foca, otro descansaba plácidamente sin moverse aparentando haberse dado un buen festín, otros dos caminaban por la playa en busca de comida... y así pasamos horas viendo distintos comportamientos y siempre a bastante distancia de ellos. Como podéis imaginar, no dejamos dejar de maravillarnos con la vida salvaje que encontramos en el Ártico.

Continuamos costeando por el Norte de Spitsbergen ya de vuelta hacia Longyearbyen, pues algunos tripulantes se iban ya del barco y en breve tendremos que llegar a Ny Alesund donde nos esperan para terminar con la investigación que se está llevando acabo con los mesocosmos para constatar la acidificación de los océanos. En nuestro recorrido ayer por la tarde, pasamos  por  una zona donde vimos por lo menos 30 ballenas. No podía creer que estuviésemos viendo tantas ballenas tan cerca una de la otra. Era increíble, miraras a donde miraras veías varias ballenas que salían a respirar. En su mayoría eran rorcuales pequenhos (minke whale), pero casi seguro que también vimos al menos dos rorcuales comunes que son las ballenas más grandes después de la ballena azul, miden hasta 24 metros de largo y pudimos ver con claridad la columna de vapor de agua de 6 metros que producen al respirar.

Para terminar con esta riqueza de fauna os diré que hoy tuvimos la oportunidad de ver muy cerquita decenas de morsas que reposaban en la playa y unas pocas que nadaban en el agua. Permanecen todas muy juntas unas encima de las otra con sus grandes colmillos blancos. Realizan unos sonidos como ronquidos y se mueven muy, muy lentamente sólo para cambiar su posición de descanso o para ir a pegarse un banho.

Navegamos despacio pues encontramos cada vez más bloques de hielo a la deriva como consecuencia del deshielo. Hace poco tuvimos noticias de que un crucero había chocado contra una piedra. Afortunadamente, al final, no pasó de un susto.

A bordo del barco Esperanza, en el Ártico, Tatiana Nuño Martínez, voluntaria de Greenpeace

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